Los problemas de Boeing son tan graves como se pensaba. Todo se trataba de dinero

Durante las audiencias del Senado, el denunciante Sam Salehpour, un ex empleado de Boeing, declaró que la empresa priorizaba constantemente los intereses financieros sobre la seguridad y calidad de sus productos.

Boeing, una vez venerado como el estandarte de seguridad y calidad en la fabricación de aviones, ha enfrentado escrutinio intenso en dos audiencias del Senado de EE.UU., las cuales examinaron denuncias serias sobre deficiencias de seguridad. Las audiencias, motivadas por un incidente reciente en un avión de Alaska Airlines, donde una tapa de puerta se desprendió en pleno vuelo en enero, han puesto en evidencia una posible erosión de la reputación de Boeing.

En la primera audiencia, llevada a cabo por el Comité de Comercio del Senado, expertos en aviación discutieron un informe de la FAA de febrero que señalaba que Boeing no había progresado suficientemente en mejorar su cultura de seguridad tras los trágicos accidentes del 737 MAX en 2018 y 2019, que resultaron en 346 muertes. Javier de Luis, ingeniero aeroespacial y profesor en el MIT, destacó una «desconexión» entre las declaraciones de la gerencia de Boeing y la realidad percibida por los empleados.

La segunda audiencia puso el foco en denunciantes, incluidos Sam Salehpour, ingeniero de calidad de Boeing, y Ed Pierson, exingeniero de Boeing. Salehpour acusó a la compañía de ignorar partes defectuosas y otros graves problemas de ensamblaje que podrían retrasar la producción y resultar costosos de corregir. Además, expresó que había sido amenazado y marginado por alzar la voz sobre estas cuestiones.

Salehpour también reveló problemas específicos en la línea 787, incluyendo alineación defectuosa y presencia de desechos en espacios que deberían estar sellados, lo que potencialmente podría llevar a incendios. A pesar de sus advertencias, Boeing negó las afirmaciones, asegurando que los ensayos realizados en la línea 787 eran suficientes para garantizar la integridad estructural de los aviones.

Este conjunto de denuncias ha reavivado las preocupaciones sobre la capacidad de Boeing para manejar sus problemas de seguridad interna y su interacción con reguladores. El senador Richard Blumenthal sugirió que aumentar el número de inspectores de la FAA podría ayudar, aunque también se necesitaría un cambio de actitud en la agencia, que según críticos, ha permitido que Boeing influya demasiado en los procesos de certificación.

Las audiencias también abordaron la necesidad de reformas profundas dentro de Boeing para restaurar la confianza en su compromiso con la seguridad, en un momento en que la empresa ya enfrenta investigaciones regulatorias y criminales continuas por estos problemas.

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