La plataforma de inteligencia artificial valorada en $4.5 mil millones lanza Reachy Mini, un robot de escritorio que busca democratizar el desarrollo robótico mundial
Hugging Face, la plataforma de inteligencia artificial valorada en $4.5 mil millones que se ha convertido en el GitHub del machine learning, anunció el martes el lanzamiento de Reachy Mini, un robot de escritorio de $299 diseñado para llevar la robótica potenciada por IA a millones de desarrolladores en todo el mundo. El compañero humanoide de 11 pulgadas representa el movimiento más audaz de la empresa hasta ahora para democratizar el desarrollo robótico y desafiar el modelo tradicional de la industria basado en código cerrado y altos costos.
El anuncio llega cuando Hugging Face cruza un hito significativo de 10 millones de constructores de IA usando su plataforma, con el CEO Clément Delangue revelando en una entrevista exclusiva que «cada vez más de ellos están construyendo en relación con la robótica». El robot compacto, que puede ubicarse en cualquier escritorio junto a una laptop, aborda lo que Delangue llama una barrera fundamental en el desarrollo robótico: la accesibilidad.
Cómo una empresa de software está apostando fuerte por los robots de IA física
«Uno de los desafíos con la robótica es que sabes que no puedes simplemente construir en tu laptop. Necesitas tener algún tipo de socio robótico para ayudarte en tu construcción, y la mayoría de las personas no podrán comprar robots de $70,000», explicó Delangue, refiriéndose a los sistemas robóticos industriales tradicionales e incluso a los robots humanoides más nuevos como el Optimus de Tesla, que se espera cueste entre $20,000 y $30,000.
Reachy Mini surge de la adquisición en abril por parte de Hugging Face de la startup francesa de robótica Pollen Robotics, marcando la expansión de hardware más significativa de la empresa desde su fundación. El robot representa el primer producto de consumo en integrarse nativamente con el Hugging Face Hub, permitiendo a los desarrolladores acceder a miles de modelos de IA preconstruidos y compartir aplicaciones robóticas a través de la función «Spaces» de la plataforma.
El timing parece deliberado mientras la industria de IA lidia con la próxima frontera: la IA física. Mientras que los large language models han dominado los últimos dos años, los líderes de la industria creen cada vez más que la inteligencia artificial necesitará una encarnación física para lograr capacidades a nivel humano. Goldman Sachs proyecta que el mercado de robótica humanoide podría alcanzar $38 mil millones para 2035, mientras que el World Economic Forum identifica la robótica como una tecnología fronteriza crítica para las operaciones industriales.
Dentro del robot de $299 que podría democratizar el desarrollo de IA
Reachy Mini empaqueta capacidades sofisticadas en su factor de forma compacto. El robot cuenta con seis grados de libertad en su cabeza móvil, rotación completa del cuerpo, antenas animadas, una cámara gran angular, múltiples micrófonos y un altavoz de 5 watts. La versión inalámbrica incluye una computadora Raspberry Pi 5 y batería, haciéndola completamente autónoma.
El robot se envía como un kit DIY y puede programarse en Python, con soporte para JavaScript y Scratch planificado. Las aplicaciones de demostración preinstaladas incluyen seguimiento de rostros y manos, características de compañero inteligente y movimientos de baile. Los desarrolladores pueden crear y compartir nuevas aplicaciones a través de la plataforma Spaces de Hugging Face, potencialmente creando lo que Delangue visualiza como «miles, decenas de miles, millones de aplicaciones».
Este enfoque contrasta marcadamente con las empresas de robótica tradicionales que típicamente lanzan un producto anualmente con opciones de personalización limitadas. «Queremos tener un modelo donde lancemos toneladas de cosas», explicó Delangue. «Tal vez lancemos 100 prototipos al año. De estos 100 prototipos, quizás ensamblemos solo 10 nosotros mismos… y tal vez completamente ensamblados, completamente empaquetados, completamente integrados con todo el stack de software, tal vez habrá solo un par de ellos».
Por qué el hardware open source podría ser el futuro de la robótica
El lanzamiento representa una prueba fascinante de si los principios open source pueden traducirse exitosamente a los negocios de hardware. Hugging Face planea lanzar todos los diseños de hardware, software e instrucciones de ensamblaje como open source, permitiendo a cualquiera construir su propia versión. La empresa monetiza a través de la conveniencia, vendiendo unidades preensambladas a desarrolladores que prefieren pagar en lugar de construir desde cero.
«Intentas compartir tanto como sea posible para realmente empoderar a la comunidad», explicó Delangue. «Hay personas que, incluso si tienen todas las recetas open source para construir su propio Reachy Mini, preferirían pagar 300 dólares, 500 dólares, y obtenerlo ya listo, o fácil de ensamblar en casa».
Este enfoque freemium para hardware hace eco de modelos de software exitosos pero enfrenta desafíos únicos. Los costos de manufactura, la complejidad de la cadena de suministro y la distribución física crean limitaciones que no existen en los negocios de software puro. Sin embargo, Delangue argumenta que esto crea bucles de retroalimentación valiosos: «Aprendes de la comunidad open source sobre lo que quieren construir, cómo quieren construir, y puedes reintegrarlo en lo que vendes».
El desafío de privacidad que enfrentan los robots de IA en tu hogar
La incursión en robótica plantea nuevas preguntas sobre privacidad de datos y seguridad que no existen con sistemas de IA puramente digitales. Los robots equipados con cámaras, micrófonos y la capacidad de tomar acciones físicas en hogares y lugares de trabajo crean consideraciones de privacidad sin precedentes.
Delangue posiciona el open source como la solución a estas preocupaciones. «Una de mis motivaciones personales para hacer robótica open source es que creo que va a luchar contra la concentración de poder… la tendencia natural de crear robots de caja negra que los usuarios realmente no entienden o realmente no controlan», dijo. «La idea de terminar en un mundo donde solo unas pocas empresas están controlando millones de robots que están en los hogares de las personas, siendo capaces de tomar acción en la vida real, es bastante aterradora».
El enfoque open source permite a los usuarios inspeccionar código, entender flujos de datos y potencialmente ejecutar modelos de IA localmente en lugar de depender de servicios en la nube. Para los clientes corporativos, la plataforma empresarial de Hugging Face ya ofrece opciones de despliegue privado de aplicaciones robóticas, de modo que los datos sensibles puedan permanecer dentro de los cortafuegos de la organización y cumplan los requisitos normativos más estrictos.
De prototipo a producción: la apuesta de Hugging Face por la manufactura
La transición de una empresa puramente de software a un negocio de hardware implica retos logísticos considerables. Hugging Face comenzará a enviar las primeras unidades de Reachy Mini el mes que viene en un formato semimontado: la compañía realizará parte del ensamblaje y el usuario completará el resto. Este modelo reduce el peso y el volumen del envío, a la vez que involucra directamente a la comunidad de desarrolladores en el proceso de construcción.
Delangue reconoce la incertidumbre sobre la demanda de esta nueva categoría de producto, pero subraya que el enfoque DIY es coherente con la filosofía open source de la firma y permite a la empresa iterar rápidamente según los comentarios de los primeros compradores, minimizando riesgos de sobreproducción.
Tomando la delantera frente a Tesla y Boston Dynamics con transparencia radical
El lanzamiento de Reachy Mini se produce en un mercado donde los grandes titulares los acaparan proyectos como Optimus de Tesla, las plataformas de Figure o las soluciones comerciales de Boston Dynamics. Sin embargo, Hugging Face adopta una estrategia diametralmente opuesta: en lugar de un solo robot de altas prestaciones y precio elevado, propone un ecosistema de componentes modulares, asequibles y completamente abiertos. Ejemplos previos son el brazo robótico SO-101 (desde 100 $) o el futuro humanoide HopeJR (alrededor de 3 000 $).
Esta táctica refleja la evolución reciente de la IA, donde modelos abiertos de empresas como Meta han cuestionado el liderazgo de propuestas cerradas. El paralelismo con Linux o Android es evidente: la transparencia y la colaboración distribuidas pueden acelerar la innovación y reducir drásticamente los costes de acceso.
Construyendo un ecosistema: alianzas que impulsan la robótica abierta
Hugging Face no avanza en solitario. La compañía colabora con NVIDIA para simulación y entrenamiento robótico mediante Isaac Lab, lo que permite generar datos sintéticos y probar comportamientos en entornos virtuales antes del despliegue físico. A ello se suma SmolVLA, un modelo visión-lenguaje-acción de 450 millones de parámetros optimizado para funcionar en hardware de consumo, incluidos los MacBook más recientes.
Además, el modelo fundacional Pi0 de la startup Physical Intelligence —cofundada por el profesor Sergey Levine— ya está disponible en el Hub de Hugging Face, facilitando el intercambio de avances entre distintos enfoques robóticos. Según Levine, “hacer la robótica más accesible aumenta la velocidad a la que la tecnología progresa”.
Lo que un robot de 299 $ significa para la carrera del hardware de IA
Con unas previsiones de Goldman Sachs que sitúan el mercado de los humanoides en 38 000 millones de dólares para 2035, posicionarse temprano como plataforma de referencia puede resultar decisivo. Delangue imagina un futuro donde el hardware forme parte natural del flujo de trabajo de cualquier constructor de IA, integrado en la suscripción a la propia plataforma —de forma similar a cómo algunas empresas de software empaquetan servicios adicionales—.
El respaldo financiero de una compañía ya rentable y bien capitalizada permite a Hugging Face priorizar la adopción y la experimentación sobre la rentabilidad inmediata, un lujo del que pocos actores hardware pueden presumir.
Cómo los robots asequibles podrían transformar la educación y la investigación
A un precio inferior al de muchos teléfonos inteligentes, Reachy Mini abre la puerta para que universidades, bootcamps y autodidactas exploren conceptos de robótica avanzada sin necesidad de equipamiento de laboratorio de alto coste. Su naturaleza open source permite adaptar tanto el hardware como el software al currículo específico de cada centro, y ampliar progresivamente desde ejercicios de programación básicos hasta aplicaciones de IA complejas usando la misma plataforma.
La retroalimentación de la comunidad ya está moldeando el producto: la versión inalámbrica surgió tras observar que la hija de cinco años de una empleada quería llevarse el robot por toda la casa, demostrando el valor de iterar sobre usos reales y no solo sobre especificaciones técnicas.
La disrupción que podría reconfigurar toda la industria de la robótica
El modelo de Hugging Face desafía la inversión tradicional en tecnología propietaria y centralizada. Si Reachy Mini y los futuros dispositivos logran movilizar a miles de desarrolladores, la innovación ya no residirá únicamente en laboratorios corporativos, sino en una red distribuida capaz de iterar más rápido y a menor coste. No obstante, el hardware añade capas de complejidad —control de calidad, cadena de suministro, seguridad física— ausentes en el software puro.
El éxito o fracaso de Reachy Mini servirá como termómetro de hasta dónde puede llegar el open source en la robótica de consumo. Pero, independientemente del resultado comercial, el simple hecho de que una de las plataformas de IA más influyentes apueste por poner robots asequibles en los escritorios de millones de desarrolladores marca un punto de inflexión que la industria difícilmente podrá ignorar.