El reciente anuncio del cierre de ICQ el 26 de junio ha sorprendido a muchos, especialmente a quienes desconocían que este cliente de mensajería instantánea aún existía. ICQ, lanzado por Mirabilis en 1996, fue el primer cliente de mensajería instantánea ampliamente adoptado, alcanzando más de 100 millones de cuentas en 2001.
La mensajería instantánea tiene sus raíces en 1961 con el Compatible Time-Sharing System (CTSS) del MIT, que permitía a hasta 30 usuarios chatear en tiempo real. En 1971, Murray Turoff desarrolló el primer sistema de mensajería instantánea dedicado, EMISARI, para el gobierno de EE.UU., permitiendo a los usuarios enviar mensajes a las terminales de sus compañeros de trabajo.
Los usuarios de Unix comenzaron a utilizar la mensajería instantánea en 1983 con el comando «talk», que permitía conversaciones de texto en tiempo real. Este comando sigue en uso en casi todas las distribuciones de Linux y Unix.
ICQ mostró al mundo que cualquiera podía disfrutar de la mensajería instantánea, lo que llevó a la creación de otros servicios populares como AOL Instant Messenger (AIM) en 1997, Yahoo Messenger en 1998 y MSN Messenger en 1999. A medida que estos servicios se expandían, incorporaron características como compartir archivos, fotos, juegos y llamadas de voz y video.
En los años 2000, la proliferación de clientes de mensajería generó el problema de la fragmentación. Clientes multiprotocolo como Trillian y Gaim intentaron resolver esto permitiendo a los usuarios conectarse a varias redes simultáneamente. Sin embargo, estos clientes declinaron con el tiempo debido a la evolución de los servicios y la adopción de protocolos propietarios.
El auge de dispositivos móviles y redes sociales en la década de 2000 erosionó la popularidad de los clientes de mensajería de escritorio. Aplicaciones como WhatsApp, Snapchat y Telegram ofrecieron funciones avanzadas que los antiguos clientes de escritorio no podían igualar, dominando así el mercado de la mensajería.