Investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), la Universidad Tecnológica de Nanyang y varias empresas han desarrollado una tecnología innovadora y económica capaz de detectar y medir concentraciones de plomo en el agua.
Este avance podría representar un cambio significativo en la lucha contra un problema de salud global persistente. Según la Organización Mundial de la Salud, unos 240 millones de personas en todo el mundo están expuestas a niveles de plomo en el agua potable que superan los límites seguros, afectando el desarrollo cerebral en niños, causando defectos congénitos y diversos efectos dañinos neurológicos y cardíacos.
La nueva tecnología, descrita en un artículo en la revista Nature Communications, utiliza un detector basado en chips fotónicos, capaz de medir concentraciones de plomo tan bajas como 1 parte por mil millones, con un alto grado de precisión y casi instantáneamente, necesitando solo una gota de agua. Este sistema podría estar listo para su despliegue comercial en dos o tres años.
La clave del sistema es la utilización de moléculas en forma de anillo, conocidas como éteres corona, que se adhieren a la superficie del chip fotónico a través de un proceso químico llamado esterificación de Fischer. Este avance es crucial para la funcionalidad del dispositivo, permitiendo una detección precisa incluso en aguas con diferentes niveles de acidez y composiciones, como agua de mar y agua potable.
Además de plomo, el dispositivo está diseñado para adaptarse y detectar otros contaminantes como cadmio, cobre y bario. Su formato compacto y portátil podría facilitar el monitoreo en sitio por personal no especializado, reduciendo significativamente los costos y complejidad asociados con los métodos de prueba tradicionales, que suelen requerir equipos costosos y procesamiento de muestras prolongado.