Los jefes están cada vez más asustados por la IA porque podría afectar negativamente también a sus trabajos

A medida que la inteligencia artificial se vuelve más sofisticada y es capaz de realizar tareas complejas que antes eran exclusivas de los humanos, los jefes temen que sus roles de liderazgo puedan ser reemplazados por sistemas automatizados. Además, la IA está siendo utilizada cada vez más en la toma de decisiones estratégicas en las empresas, lo que genera incertidumbre entre los directivos sobre su relevancia futura en un entorno empresarial dominado por la tecnología.

Un reciente informe de AND Digital revela una creciente inquietud entre los directores ejecutivos del Reino Unido respecto al potencial de la inteligencia artificial (IA) para reemplazar sus roles. De acuerdo con la encuesta realizada a 600 CEOs, cerca del 43% siente que sus puestos están en riesgo. A pesar de esto, un 76% ha decidido avanzar en la implementación de la IA, iniciando programas de capacitación intensiva en esta tecnología.

La percepción sobre la preparación de los empleados para adoptar la IA también es preocupante, con un 44% de los encuestados indicando que sus trabajadores no están listos para manejar esta transición. Más de un tercio (34%) incluso abogaría por la prohibición del uso de IA, mientras que un 45% admite utilizar herramientas de IA para realizar su trabajo, a menudo presentando los resultados como propios.

El informe critica la hipocresía de algunos ejecutivos que, por un lado, prohíben el uso de la IA entre sus empleados y, por otro, la utilizan para facilitar sus propias tareas. Esta contradicción señala un escenario donde la inteligencia artificial, específicamente el aprendizaje automático que se basa en grandes volúmenes de datos a menudo protegidos por derechos de autor, está empezando a demostrar que los ejecutivos pueden ser redundantes, lo que ha llevado a un intento de nivelar el campo de juego mediante la capacitación.

La cultura laboral actual muestra una resistencia al cambio, especialmente cuando los beneficios podrían favorecer a quienes ocupan posiciones más bajas en la jerarquía empresarial. Este patrón se ha visto también en políticas como la exigencia del retorno al trabajo presencial después de la pandemia, con compañías como Dell, que, a pesar de su interés en el mercado de PCs para IA, indican que los trabajadores remotos no serán considerados para promociones.

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