El debate sobre la inteligencia artificial generativa en la industria del videojuego ha tomado un giro inesperado cuando Tim Sweeney, CEO de Epic Games, expresó su opinión de que las tiendas de videojuegos no deberían requerir etiquetas que indiquen «Hecho con IA», una postura que ha generado una fuerte reacción de la comunidad.
La postura de Sweeney divide opiniones
Aunque muchos han percibido el debate sobre IA generativa como una confrontación entre desarrolladores de videojuegos y artistas digitales por un lado, y las grandes compañías de IA como Midjourney u OpenAI por el otro, la realidad es que ningún bando es homogéneo en sus opiniones, con cada individuo manteniendo su propia perspectiva.
Un claro ejemplo de esto es el reciente tweet de Sweeney, quien argumentó que las tiendas de videojuegos no necesitan la etiqueta «Hecho con IA», como la que Steam ha implementado recientemente.
Respondiendo a una publicación del desarrollador de Unreal Engine y cinematógrafo Matt Workman, quien originalmente inició la discusión, Sweeney declaró que mientras la etiqueta de IA tiene sentido para exposiciones de arte para revelar la autoría y para mercados de contenido digital donde los compradores necesitan claridad sobre los derechos, no cree que deba ser requerida en las tiendas de videojuegos.
Esta posición sugiere que probablemente no veremos una divulgación de contenido generado por IA en Epic Games Store pronto, ya que, en su opinión, «la IA estará involucrada en casi toda la producción futura».
Apoyo limitado pero notable
Compartiendo su punto de vista están el propio Matt Workman, así como Andrew Price (conocido como «el tipo del donut de Blender»), una de las figuras más reconocidas en la comunidad de arte digital. Esto demuestra que, aunque Sweeney como ejecutivo corporativo de alto nivel podría no hablar por los artistas digitales, figuras respetadas de la comunidad también apoyan esta perspectiva.
La comunidad reacciona con fuerza
Sin embargo, aparte de Workman y Price, la gran mayoría de la comunidad no encontró atractiva la idea de ocultar el uso de IA generativa. Muchos lo ven simplemente como una forma de que los productores de contenido de baja calidad generado por IA («AI-slop») oculten su uso tanto de los consumidores como de los artistas que compran assets.
El sentimiento común se puede resumir en una sola frase: «El hecho de que estés tratando de ocultarlo dice mucho por sí mismo«.
Los comentarios de la comunidad reflejan una fuerte oposición a esta propuesta, con usuarios expresando preocupaciones sobre la transparencia y el derecho de los consumidores a saber qué están comprando.
Un panorama más complejo de lo esperado
Más allá de las reacciones iniciales, este episodio revela algo importante: el tema de la IA se está volviendo menos blanco y negro, mostrando matices grises y volviéndose más complejo cada día.
Aunque la mayoría de las personas detestan la IA generativa, critican a los magnates tecnológicos por integrarla en cada producto y ponen los ojos en blanco ante trailers de videojuegos con visuales generados por IA, paradójicamente, gran parte de la misma comunidad parece estar perfectamente cómoda con:
- Herramientas de retopología potenciadas por IA
- Herramientas de animación de keyframes como las de Cascadeur
- Se burlan de críticos excesivamente celosos que penalizan juegos por usar un pequeño porcentaje de líneas de voz generadas con text-to-speech
Hacia una síntesis inevitable
Esta aparente contradicción sugiere que la tesis y la antítesis finalmente están colisionando en algún tipo de síntesis ante nuestros ojos. La industria parece estar encontrando un punto medio donde ciertas aplicaciones de IA son aceptables mientras que otras generan rechazo.
La controversia de Sweeney, aunque impopular, refleja una realidad en evolución donde la IA se integra gradualmente en los flujos de trabajo de desarrollo, independientemente de las opiniones públicas. La cuestión no es si la IA será utilizada, sino cómo y con qué nivel de transparencia.
Esta evolución del debate sugiere que la industria está madurando en su comprensión de la IA, moviéndose de posiciones absolutas hacia enfoques más pragmáticos que consideren tanto los beneficios como las preocupaciones legítimas de la comunidad.
La pregunta que permanece es si las plataformas seguirán el ejemplo de Steam con etiquetas transparentes, o si adoptarán el enfoque más opaco que sugiere Sweeney. La respuesta probablemente determinará el futuro de la confianza del consumidor en la industria del videojuego.











