Vanguard exigirá actualización de BIOS: jugadores con PCs antiguos podrían quedar fuera
Riot Games ha anunciado un nuevo requisito de seguridad en su software anti-trampa Vanguard que afectará a determinados jugadores de Valorant y, potencialmente, de League of Legends. La medida, que obliga a actualizar el BIOS de la placa base, surge como respuesta a una vulnerabilidad crítica en sistemas UEFI que permitía a tramposos eludir las protecciones de memoria.
Una brecha de seguridad a nivel de hardware
La vulnerabilidad afecta a la unidad de administración de memoria de entrada y salida (IOMMU) en placas base UEFI de múltiples fabricantes. Este componente protege la memoria del sistema durante el arranque frente al acceso directo de dispositivos de hardware externos que, de otro modo, podrían manipular el contenido de la RAM para habilitar trampas.
Los parches de seguridad (CVE-2025-11901, CVE-2025-14302, CVE-2025-14303 y CVE-2025-14304) solucionan un fallo que permitía desactivar la protección de acceso directo a memoria (DMA) pre-arranque, incluso cuando estaba marcada como habilitada en el BIOS. Esto creaba una pequeña ventana durante el proceso de arranque en la que dispositivos DMA podían acceder a la RAM.
Implementación gradual y selectiva
La complejidad y relativa oscuridad de este exploit de hardware ha llevado a Riot a adoptar un enfoque gradual. Inicialmente, Vanguard solo aplicará estos requisitos a jugadores «restringidos» de Valorant cuyos sistemas sean «demasiado similares a los de tramposos que evitan las características de seguridad para volverse indetectables».
Sin embargo, la compañía está considerando extender la obligatoriedad de la actualización de BIOS a todos los jugadores en los rangos competitivos más altos de Valorant (Ascendant, Immortal y Radiant), donde los incentivos para eludir el anti-trampa son mayores. Mohamed Al-Sharifi, analista anti-trampa de Riot, ha indicado que las mismas restricciones podrían activarse para League of Legends en el futuro.
Los jugadores bloqueados por Vanguard deberán descargar e instalar la actualización de BIOS más reciente para su placa base antes de poder lanzar el juego.
Fabricantes afectados y cobertura de parches
La vulnerabilidad afecta a cuatro de los principales fabricantes de placas base para PC: ASRock, Asus, Gigabyte y MSI. Todos han lanzado actualizaciones para al menos algunas de sus placas más recientes.
Según los boletines de seguridad publicados, los chipsets afectados incluyen:
- Intel: series 400, 500, 600, 700 y 800 (según fabricantes), compatibles con procesadores Core de 10ª generación y posteriores.
- AMD: series 600 y 800 (placas con socket AM5), compatibles con Ryzen serie 7000 y más nuevos.
La incertidumbre de los sistemas más antiguos
Lo que genera mayor preocupación es la falta de claridad sobre placas base y chipsets no mencionados en los boletines. No está claro si estos sistemas no necesitan parche, serán actualizados posteriormente o simplemente no recibirán soporte.
Especialmente preocupante es la ausencia de información sobre:
- Chipsets AMD socket AM4 (familias 300-500)
- Chipsets Intel serie 300 de 2018
Estas placas soportan CPUs Intel Core de 8ª y 9ª generación, así como procesadores AMD Ryzen 2000, 3000 y 5000. Se trata de chips algo más antiguos pero perfectamente capaces de ejecutar Windows 11 y cumplir con los requisitos de seguridad estándar que Vanguard exige actualmente.
La posibilidad de que jugadores con sistemas algo más antiguos queden bloqueados sin posibilidad de actualización representa un escenario preocupante, especialmente si su configuración es considerada sospechosa o vulnerable.
Impacto limitado, pero con precedente preocupante
En la práctica, esta medida podría no afectar a muchos jugadores de forma inmediata. Los competidores de alto nivel suelen actualizar sus sistemas agresivamente, buscando ventajas competitivas a través de mayores tasas de fotogramas y menor latencia.
Sin embargo, si estos requisitos se extienden por la escalera competitiva de Valorant o se convierten en estándar en otros software anti-trampa, podría representar un problema significativo para usuarios con PCs más antiguos o de segunda mano.
El panorama actual hace que las actualizaciones de PC sean menos gratificantes y más complicadas que en el pasado. Las recientes generaciones de CPU y GPU han proporcionado mejoras de rendimiento relativamente modestas, mientras que los suministros limitados de componentes pueden disparar rápidamente los costos. Además, una actualización de placa base frecuentemente arrastra consigo la necesidad de nuevo procesador y/o memoria RAM.
Una escalada en la batalla contra las trampas
Esta medida de Riot representa una escalada significativa en los requisitos anti-trampa, trasladando la batalla desde el software hacia el nivel de firmware. Se suma a una tendencia creciente hacia requisitos de seguridad más estrictos, que ya incluyen Secure Boot, módulos TPM 2.0 y protección de integridad de memoria basada en virtualización.
Cualquier medida que pueda forzar a los usuarios a actualizar su hardware antes de lo deseado merece ser vista con escepticismo, especialmente cuando no queda claro si todos los sistemas afectados recibirán el soporte necesario.











