En la actualidad, es claro para la mayoría de los desarrolladores e inversionistas que los Agentes de AI representan un cambio de paradigma en las plataformas digitales. Nos encontramos aún en las primeras etapas, pero estamos viendo avances significativos en razonamiento y cadenas de pensamiento (CoT) todos los días.
Frameworks como LangChain están impulsando un rápido desarrollo de agentes, mientras que gigantes del software como Anthropic y Google están explorando explícitamente paradigmas de comunicación entre agentes (A2A).
Desde la perspectiva de un inversionista, lo más fascinante es cómo estos agentes están comenzando a operar con verdadera autonomía. Ya no son solo copilotos; están convirtiéndose en tomadores de decisiones, incluso en la adquisición de software empresarial.
La idea de agentes vendiendo software a otros agentes puede sonar distópica, pero está más cerca de la realidad de lo que pensamos. El ciclo de venta tradicional B2B, que se basa en relaciones humanas, largos procesos de compra y cenas de negocio, dará paso a transacciones A2A, donde la adquisición será algorítmica, rápida y profundamente racional.
Ya hay ejemplos de este futuro. Empresas como Replit, Lovable, Bolt y V0 tienen opiniones contundentes sobre la infraestructura más adecuada para aplicaciones impulsadas por AI. Pero el siguiente paso es que los agentes decidan sobre esa infraestructura sin intervención humana. Elegirán las herramientas que resuelvan el problema de manera más rápida, económica y segura, sin necesidad de un equipo de adquisiciones.
Un claro ejemplo de esto es Supabase, una empresa que ha evolucionado de ser una alternativa de código abierto a Firebase a convertirse en la base de datos preferida de más de 2 millones de desarrolladores. Su integración en plataformas de construcción de aplicaciones está llevando a un nuevo nivel de distribución.
La evolución de Supabase en los últimos seis meses refleja no solo la adopción por parte de desarrolladores, sino también la disminución del teatro de ventas empresarial. Durante los últimos 15 años, la compra de software ha estado influenciada por cenas lujosas y eventos exclusivos. Sin embargo, este mundo está desapareciendo. La adquisición de software se está convirtiendo en un proceso algorítmico, preciso y refrescantemente impersonal. El mejor producto ganará, no el mejor vendedor.
La trayectoria de Supabase hacia los 2 millones de desarrolladores desde diciembre de 2020 muestra el declive del enfoque tradicional en la venta de software. Ahora imaginemos que las decisiones, como la selección de una base de datos, son automatizadas por agentes. Supabase no solo es la elección de los humanos; ¿qué sucederá cuando también sea la elección de los agentes?
Lo que hace que el crecimiento de Supabase sea interesante no es solo la adopción, sino la transformación de la forma en que se compra software. La adquisición se está volviendo más eficiente, y el proceso se basa en la habilidad del producto en lugar de en la capacidad de persuadir a un representante de ventas.
Un nuevo modelo de CRM, por ejemplo, no se parecería a lo que utilizamos actualmente. Estaría diseñado desde cero para interacciones máquina a máquina. Las APIs serían ultrarrápidas, sin la latencia humana típica, permitiendo un intercambio de datos limpio y eficiente.
Si bien muchos asumen que la ventaja económica de la AI será capturada por unos pocos gigantes tecnológicos, aquellos que han trabajado en estas grandes corporaciones saben cómo la innovación se puede ver obstaculizada por códigos antiguos y estructuras organizativas infladas. La AI cambiará la dinámica de adquisición de software, donde el agente se convierte en el nuevo director de compras.