La seguridad en los vehículos ha sido un tema de preocupación creciente, especialmente en lo que respecta a las diferencias de género en los resultados de los accidentes de tráfico. Según Verity Now, una organización estadounidense que aboga por la equidad en la seguridad vehicular, las mujeres tienen un 73% más de probabilidades de resultar heridas y un 17% más de probabilidades de morir en un accidente de tráfico en comparación con los hombres. Esta disparidad se debe, en gran medida, a la falta de maniquíes de prueba de choque que representen adecuadamente el cuerpo femenino.
Astrid Linder, ingeniera sueca y directora de investigación de seguridad vial en el Instituto Nacional Sueco de Investigación de Carreteras y Transporte, ha desarrollado el primer maniquí de prueba de choque femenino. Este avance busca abordar la brecha de género en la seguridad vehicular, especialmente en colisiones de bajo impacto trasero. Linder destaca que las regulaciones actuales contribuyen a esta desigualdad, ya que los fabricantes de automóviles solo utilizan maniquíes masculinos, como lo requieren los reguladores.
El diseño del maniquí femenino se basa en datos del University of Michigan’s humanshape.org, que proporciona una base de datos de formas corporales. Estos modelos se prueban mediante simulaciones virtuales antes de realizar pruebas físicas. En estas pruebas, se evalúan los asientos de los vehículos utilizando un trineo que simula la aceleración de un choque, midiendo el movimiento de la cabeza y el torso para analizar el impacto en el cuello.
Las regulaciones actuales en la Unión Europea y Estados Unidos no reflejan adecuadamente las diferencias entre hombres y mujeres en términos de riesgo de lesiones. En la UE, se utiliza un modelo de hombre promedio para las pruebas de seguridad, mientras que en EE.UU., el maniquí femenino aprobado representa solo al 5% de las mujeres estadounidenses, siendo más ligero que una niña promedio de 12 años. Este enfoque ha dejado a las mujeres subrepresentadas en las pruebas de seguridad, lo que resulta en una evaluación inadecuada de los riesgos que enfrentan.
Linder espera que su investigación impulse un cambio en las regulaciones, permitiendo que la seguridad de los vehículos se evalúe de manera equitativa para ambos géneros. La inclusión de maniquíes femeninos en las pruebas de choque es un paso crucial hacia la igualdad en la seguridad vehicular, asegurando que las necesidades de las mujeres sean consideradas al mismo nivel que las de los hombres.