El acceso a la red social X, anteriormente conocida como Twitter, fue bloqueado en Brasil el pasado sábado tras una orden judicial del Tribunal Supremo del país. Esta suspensión marca un punto álgido en la tensa relación entre el propietario de la plataforma, Elon Musk, y las autoridades brasileñas.

Durante las últimas 24 horas, los usuarios brasileños, incluyendo al presidente Luiz Inácio Lula da Silva, se han despedido de X, compartiendo enlaces a sus perfiles en otras plataformas. Al intentar acceder al sitio web o a la aplicación, los usuarios se encuentran con un mensaje de error, reflejo de la imposición judicial que exige a las empresas con operaciones en Brasil tener una representación legal en el país.

La pantalla de un teléfono móvil con la aplicación de la red social X abierta. En la parte superior se ve el logo de X y la hora marcada es la 01:16. El texto en la pantalla indica en portugués que "Los posts no están siendo cargados" y se ofrece la opción de "Intentar nuevamente". El fondo es oscuro, y la pantalla refleja un tono azulado.

El conflicto se intensificó después de que X cerrara su oficina de representación en Brasil el 17 de agosto, en respuesta a las amenazas del juez Alexandre de Moraes de procesar a los representantes locales por no acatar órdenes de bloqueo de usuarios. Esta medida forma parte de una investigación más amplia sobre la propagación de desinformación y discursos de odio que amenazan la democracia brasileña. La Corte Suprema ya había ordenado previamente el bloqueo de varias cuentas de X vinculadas a figuras de la extrema derecha y seguidores del expresidente Jair Bolsonaro.

Musk ha criticado duramente las acciones de de Moraes, acusándolo de silenciar la libertad de expresión en Brasil. Sin embargo, Lula da Silva enfatizó que todas las empresas, independientemente de su origen, deben cumplir con las leyes brasileñas. «Cualquier ciudadano, de cualquier parte del mundo, que tenga inversiones en Brasil está sujeto a la Constitución y las leyes brasileñas», declaró el presidente, subrayando que Musk debe respetar las decisiones del Tribunal Supremo.

Además, la disputa se extendió cuando la Corte Suprema rechazó una apelación de Starlink, la empresa de internet satelital también propiedad de Musk, para desbloquear sus cuentas financieras en el país. Estas cuentas fueron congeladas el jueves como parte de un litigio relacionado con X, lo que ha impedido a Starlink realizar transacciones financieras en Brasil, aunque el servicio sigue operativo y es crucial en regiones remotas como la Amazonía.

Musk, quien se describe a sí mismo como un «absolutista de la libertad de expresión», ha enfrentado una pérdida significativa de anunciantes desde su adquisición de X. A pesar de ello, Brasil sigue siendo un mercado importante para la plataforma, con alrededor de 40 millones de usuarios mensuales, lo que representa aproximadamente una quinta parte de la población del país.

La batalla legal entre Musk y las autoridades brasileñas refleja una tensión mayor entre la protección de la libertad de expresión y la necesidad de salvaguardar la democracia en un contexto donde la desinformación y el discurso de odio han cobrado protagonismo. Mientras tanto, la situación sigue evolucionando, con la red social X bloqueada en Brasil hasta que cumpla con las exigencias legales del país.

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