La nueva planta de fabricación de microchips, European Semiconductor Manufacturing Company (ESMC), ubicada en Dresde, Sajonia, será la primera en producir chips de alto rendimiento en la Unión Europea, según declaró la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, durante su visita a las instalaciones en construcción el 20 de agosto.

Este centro se ha calificado bajo la Ley Europea de Chips como una instalación pionera. Producirá productos que no existen ni están planificados en ninguna otra instalación en Europa, lo que le otorga derecho a recibir apoyo financiero nacional. En este sentido, la Comisión Europea ha aprobado una medida alemana de 5.000 millones de euros para apoyar la construcción y operación de ESMC.

Primer plano de un técnico con guantes azules insertando un microchip en una placa base de un ordenador. La imagen muestra el proceso cuidadoso de instalación de un chip en el hardware, con componentes electrónicos visibles en el fondo.

La planta se centrará en la producción de chips de alto rendimiento utilizando tecnología de transistores de efecto de campo (FinFET), lo que permitirá la integración de varias características adicionales en un solo chip. Estos chips ofrecerán un mejor rendimiento al tiempo que reducirán el consumo total de energía.

ESMC es una empresa conjunta entre Taiwan Semiconductor Manufacturing Company (TSMC), Bosch, Infineon y NXP, y se espera que alcance su plena capacidad operativa para 2029, con una producción estimada de 480.000 chips al año, destinados principalmente a aplicaciones automotrices e industriales.

El objetivo de esta medida es fortalecer la seguridad de suministro, la resiliencia y la soberanía digital de Europa en tecnologías de semiconductores, en línea con la Ley Europea de Chips. Esta ley, que entró en vigor en septiembre del año pasado, tiene como objetivo duplicar la participación actual de la UE en el mercado global de microchips, pasando del 10% al 20% para 2030. A nivel mundial, se fabricaron aproximadamente un billón de microchips en 2020.

Hasta la fecha, la Ley de Chips ha atraído compromisos de inversión pública y privada por un valor de 115.000 millones de euros, según destacó Von der Leyen.

Sajonia, donde la industria de semiconductores se inició en la década de 1960, alberga actualmente unas 2.500 empresas y plantas de semiconductores, incluidas las de Bosch, Infineon, Globalfoundries y X-FAB. Los chips producidos en estas instalaciones son fundamentales para avances tecnológicos en sectores como la salud, la nube, la defensa y la energía limpia.

Von der Leyen también anunció que, en su nuevo mandato en la Comisión, tomará medidas adicionales para impulsar la competitividad industrial de Europa, incluyendo la creación de un Fondo Europeo de Competitividad para invertir en tecnologías estratégicas, como los chips y el empaquetado avanzado.

En los primeros 100 días de la próxima Comisión, también propondrá un nuevo Pacto Industrial Limpio para garantizar el acceso a energía barata y materias primas, además de crear una «Unión de Competencias» para asegurar que los trabajadores reciban la formación necesaria para estos empleos.

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