A medida que cae la noche en una ciudad densamente poblada y políticamente volátil, los operadores especiales estadounidenses se preparan para enfrentar amenazas inciertas. En lugar de utilizar equipos tácticos visibles, un operador decide mezclarse con la multitud para recopilar información. Con la ayuda de un sofisticado sistema de sensores integrado en su visor, el operador recoge y analiza rápidamente datos sobre el entorno, revelando que la mayoría de los transeúntes están celebrando eventos estacionales y no representan una amenaza inmediata.

Este escenario ilustra la visión del futuro de las fuerzas de operaciones especiales de EE.UU., según el concepto del «operador hiperhabilitado» (HEO). Introducido en 2019 por el Comando de Operaciones Especiales de EE.UU. (SOCOM), el HEO es la evolución del programa TALOS, que buscaba crear un traje de combate similar al de «Iron Man» para mejorar la supervivencia en combate. Aunque TALOS no se concretó debido a problemas de integración de sistemas, sus lecciones han dado paso al HEO.

El objetivo principal del HEO es proporcionar a los operadores una «ventaja cognitiva» en el campo de batalla, permitiéndoles tomar decisiones informadas más rápidamente que sus adversarios. Esto se logra a través de tecnologías que aumentan la conciencia situacional y la toma de decisiones, en lugar de mejoras físicas como armaduras avanzadas o armas exóticas.

Para lograr esto, el HEO emplea equipos de comunicación sofisticados y un conjunto de sensores avanzados que recopilan datos y los convierten en información accionable. Estos sistemas deben ser capaces de funcionar en entornos donde las redes de comunicación tradicionales no están disponibles. Así, el operador recibe información crítica a través de interfaces simples, como un visor de realidad aumentada.

Las tecnologías clave del HEO incluyen capacidades de inteligencia, vigilancia y reconocimiento sin necesidad de grandes recursos humanos o de red, sensores avanzados capaces de reconocer iris, rostros, gestos y señales electromagnéticas, sistemas de comunicación de baja visibilidad y herramientas de visualización de datos. Estas tecnologías permiten la recolección y procesamiento constante de datos en tiempo real, lo que puede significar la diferencia entre la vida y la muerte en situaciones inciertas.

El desarrollo del HEO se ha centrado en tres áreas tecnológicas experimentales: sensores y computación en el borde, arquitectura y análisis, y traducción de idiomas. Estas áreas buscan dotar a los operadores de la capacidad de recopilar y procesar datos en entornos difíciles, utilizando hardware especializado y sistemas de traducción de idiomas que faciliten la comunicación efectiva en regiones con diferentes dialectos.

En los últimos años, SOCOM ha implementado algunas de las capacidades del HEO, como sistemas de comunicación más allá de la línea de visión (BLoS) y herramientas de conciencia situacional integradas. Un ejemplo es el sistema SEEKER, una aplicación que permite a los asesores militares construir una conciencia situacional avanzada y tomar decisiones informadas en función de la situación general.

Otro desarrollo significativo es el Asistente de Traducción Versátil e Inteligente (VITA), que ofrece capacidades de traducción de voz a voz y visual en tiempo real, incluso en dispositivos portátiles. VITA ha demostrado ser eficaz en la traducción de varios idiomas y ya se ha desplegado en operaciones en el extranjero.

El concepto del HEO promete aumentar la supervivencia y efectividad de los operadores especiales estadounidenses, proporcionándoles herramientas avanzadas para dominar situaciones complejas. Aunque todavía enfrenta desafíos técnicos y de integración, el HEO representa un paso importante hacia el futuro de las operaciones especiales, donde la información y la toma de decisiones rápidas serán clave para el éxito en el campo de batalla.

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