Científicos descubren la forma de almacenar electricidad en combustible líquido

Investigadores de la Universidad de Stanford han presentado una tecnología revolucionaria que podría transformar la manera en que aprovechamos y utilizamos la energía limpia. Esta innovación, denominada «batería líquida», ofrece una solución prometedora para la naturaleza intermitente de las fuentes renovables como la energía solar y eólica, allanando el camino hacia redes eléctricas más sostenibles y fiables, actualmente dominadas por tecnologías de ion-litio.

El equipo de investigación, liderado por Robert Waymouth, profesor de Química, ha desarrollado un método eficiente para almacenar hidrógeno en forma líquida. Este método supera los desafíos del almacenamiento tradicional de hidrógeno, que a menudo requiere infraestructuras voluminosas y complejas. La clave de esta innovación radica en los portadores orgánicos de hidrógeno líquido (LOHCs), compuestos químicos capaces de absorber y liberar hidrógeno.

Mediante un sistema catalítico cuidadosamente diseñado, los investigadores lograron convertir directamente la energía eléctrica en isopropanol, un alcohol líquido que actúa como un portador de hidrógeno de alta densidad. Este proceso elimina la necesidad de producir hidrógeno gaseoso, un obstáculo significativo en el almacenamiento convencional de hidrógeno debido a su baja densidad energética y problemas de seguridad.

Las aplicaciones potenciales de esta tecnología de batería líquida son vastas. En regiones como California, que dependen en gran medida de fuentes de energía renovable, la capacidad de almacenar el exceso de energía durante los picos de producción y liberarla durante los periodos de alta demanda podría mejorar enormemente la estabilidad y fiabilidad de la red eléctrica. Además, la naturaleza líquida del portador de hidrógeno facilita su transporte y distribución, abriendo nuevas vías para la descarbonización del transporte y otros sectores.

Un hallazgo clave del estudio de Stanford fue la eficiencia inesperada del cobaltoceno, un compuesto de cobalto, como co-catalizador en el proceso de almacenamiento de hidrógeno. Este descubrimiento podría allanar el camino para el desarrollo de sistemas de baterías líquidas más asequibles y escalables, acelerando la adopción de tecnologías de energía renovable.

Aunque la tecnología está en sus primeras etapas, los investigadores son optimistas sobre su potencial para revolucionar el panorama energético. Actualmente, el equipo se centra en refinar el sistema catalítico y explorar maneras de optimizar los procesos de almacenamiento y liberación de energía. También investigan el uso de otros metales abundantes en la tierra como catalizadores, con el objetivo de hacer la tecnología aún más rentable y sostenible.

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