En las primeras décadas del siglo XXI, el uso de dispositivos digitales entre los niños ha aumentado de manera significativa. De estos dispositivos, los smartphones son los más utilizados, con un 83% de los niños en Estados Unidos poseyendo uno antes de cumplir 15 años, una tendencia que se refleja a nivel mundial. Este aumento en el uso de dispositivos digitales ha generado preocupación entre los profesionales médicos debido a las consecuencias negativas para la salud y el bienestar mental de los niños. Investigaciones previas han vinculado el tiempo excesivo frente a pantallas con un avance más rápido de la miopía en niños y adolescentes, así como con un aumento en la probabilidad de experimentar fatiga y tensión ocular después de más de dos horas de uso de smartphones.
La autora del estudio, Ngozi Charity Chidi-Egboka, y sus colegas, buscaban examinar el efecto de una hora de uso de smartphone en el parpadeo, los síntomas de ojo seco y los índices de película lagrimal en niños escolares. La película lagrimal es una capa fina de líquido que cubre la superficie del ojo, proporcionando lubricación, protección y una superficie óptica lisa para una visión clara.
Para el estudio, se reclutaron 36 niños de entre 6 y 15 años de edad, en su mayoría mujeres, del campus principal de la Universidad de Nueva Gales del Sur en Sydney, Australia, y su comunidad circundante. Los participantes jugaron juegos en un iPhone 5 durante una hora ininterrumpida y se les monitoreó la tasa de parpadeo mediante un casco de seguimiento ocular monocular antes y durante el juego. Además, se evaluó la función de la película lagrimal antes y después del juego mediante cuestionarios para evaluar los síntomas oculares.
Los resultados mostraron que, aunque la función de la película lagrimal no cambió durante el juego, los síntomas oculares medidos por los cuestionarios empeoraron significativamente. La actividad de parpadeo disminuyó fuertemente en el primer minuto de juego en comparación con los valores obtenidos durante la conversación con los investigadores antes del inicio del juego.
Este estudio ilumina los cambios en el comportamiento ocular durante el juego en smartphones, pero como señalan los autores, aún se desconoce si estos efectos son temporales o si persisten, lo que podría causar daños acumulativos a la superficie ocular. Se sugiere que investigaciones futuras examinen si los efectos reportados persisten o empeoran a largo plazo.