El objetivo de esta misión es investigar las profundidades de los océanos de la luna helada en busca de microorganismos o cualquier forma de vida que pueda existir en esas condiciones extremas. El robot serpiente, equipado con cámaras y sensores de última generación, permitirá a los científicos recopilar datos valiosos sobre la composición del agua, la presencia de compuestos químicos y la posible existencia de organismos vivos. Este tipo de tecnología es fundamental para la exploración espacial y la búsqueda de vida extraterrestre.
La configuración de los robots serpiente, presente desde hace décadas, ha añadido una diversidad sin precedentes al mundo de la automatización, destacándose por varios atributos pragmáticos. Entre ellos, la redundancia, que permite al sistema continuar operando incluso después de que un módulo sufra daños, y una estructura corporal que facilita la navegación por espacios reducidos.
Esta última característica ha convertido a los robots serpiente en un añadido fascinante para los equipos de búsqueda y rescate, ya que estos sistemas pueden infiltrarse en lugares inaccesibles tanto para las personas como para otros robots. Sus aplicaciones se extienden a la fontanería e incluso al ámbito médico, con versiones miniaturizadas capaces de desplazarse por tuberías y órganos humanos, respectivamente.
El Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA (JPL, por sus siglas en inglés), conocido por su interés en las aplicaciones robóticas futuristas, ha estado explorando cómo este robusto diseño podría utilizarse para buscar vida extraterrestre.
Como suele ocurrir en estas historias, aún estamos en las primeras etapas. Actualmente, se realizan pruebas en paisajes terrestres diseñados para simular lo que estos sistemas podrían encontrar una vez que abandonen los confines de nuestro «pálido punto azul». Esto implica una gran cantidad de hielo, ya que los investigadores de la NASA planean enviarlo a Encélado, una pequeña y fría luna de Saturno.
Los sobrevuelos del siglo XXI realizados por Cassini han revelado un entorno rico en agua, convirtiendo a esta luna helada en un posible candidato para albergar vida en nuestro sistema solar. El plan eventual es utilizar el robot serpiente, denominado Explorador de Vida Existente en Exobiología (EELS, por sus siglas en inglés), para explorar los océanos bajo la corteza lunar y responder finalmente a una de las grandes preguntas abiertas del universo.
“Está diseñado para adaptarse y atravesar terrenos inspirados en mundos oceánicos, medios fluidizados, entornos laberínticos cerrados y líquidos,” escribe el equipo de investigación en un artículo publicado este mes en Science Robotics. “Encélado es el principal impulsor del diseño de hardware y software de EELS, así como de sus capacidades de movilidad y autonomía. Hemos estado utilizando glaciares como análogos terrestres de entornos de hielo para desarrollar y probar su arquitectura como un paso hacia Encélado.”
Para el proyecto, JPL ha colaborado con la Universidad Estatal de Arizona; la Universidad de California, San Diego; y la Universidad Carnegie Mellon, esta última con una larga historia en el diseño de robots serpiente. De hecho, la empresa derivada de CMU, HEBI Robotics, ha diseñado los módulos utilizados en esta versión inicial del sistema.
“En Encélado, EELS podría deslizarse por estrechos géiseres en la superficie y nadar a través del vasto océano global, estimado en seis millas de profundidad en el polo sur,” señala CMU. “EELS está equipado con planificación consciente del riesgo, conciencia situacional, planificación de movimiento y control propioceptivo, lo que le permite moverse de manera autónoma lejos de la Tierra y el alcance del control humano.”
Según la NASA, el sistema pesa 100,000 gramos y mide 4.4 metros de longitud, marcando un hito en la exploración espacial y en la búsqueda de vida más allá de nuestro planeta.