El satélite Skynet-1A, lanzado en 1969 para facilitar las comunicaciones militares británicas, ha despertado un misterio en torno a su posición orbital. Originalmente ubicado sobre la costa oriental de África, ahora está en una órbita a 36,000 km sobre las Américas. La falta de registros sobre quién o cómo se cambió su posición plantea inquietudes no solo sobre su historia, sino también sobre los riesgos de colisiones espaciales actuales.
Skynet-1A fue puesto en órbita poco después de la llegada del hombre a la Luna, marcando un avance en las telecomunicaciones británicas. Fabricado en Estados Unidos por Philco Ford y lanzado con un cohete Delta de la Fuerza Aérea estadounidense, Skynet-1A fue esencial para que Londres pudiera comunicarse con sus tropas alrededor del mundo. Sin embargo, los registros sobre el cambio de posición del satélite desaparecieron con el tiempo, y su desplazamiento actual ha sorprendido a los expertos.
Dr. Stuart Eves, consultor espacial, cree que el satélite fue movido intencionalmente en los años setenta, posiblemente por órdenes de la RAF o la Fuerza Aérea estadounidense. Según Eves, este satélite “abandonado” ahora está en una “trampa gravitacional” que provoca movimientos irregulares, acercándose frecuentemente a otras órbitas activas, lo que aumenta el riesgo de colisión. “Al estar inoperativo, el peligro es que pueda chocar con otro satélite, y como es ‘nuestro’, seguimos siendo responsables de él”, explicó Eves.
Varios investigadores han intentado encontrar respuestas. Rachel Hill, estudiante de doctorado en University College London, revisó archivos y encontró una pista: el control de Skynet-1A se trasladaba temporalmente a una base de la USAF en Sunnyvale, California, durante el mantenimiento del centro de control en Reino Unido. Hill sugiere que el cambio de posición pudo haber ocurrido durante una de estas operaciones.
Los registros incompletos indican que el último control del satélite pudo quedar en manos de los Estados Unidos en 1977, cuando el Reino Unido perdió contacto. Sin embargo, no hay documentos que confirmen exactamente cómo o cuándo se movió a su posición actual.
La posición actual de Skynet-1A genera preocupaciones por la creciente congestión orbital. Los satélites inactivos, como este, deberían estar en un «cementerio orbital» para minimizar el riesgo de colisiones. Sin embargo, en los años setenta, la sostenibilidad espacial no era una prioridad. Actualmente, las aproximaciones a satélites activos en la misma órbita de Skynet-1A pueden llegar a ocurrir hasta cuatro veces al día, lo que representa un riesgo potencial debido a las altas velocidades de los objetos en órbita.
Según Moriba Jah, profesor de ingeniería aeroespacial de la Universidad de Texas, el peligro de estos “residuos espaciales” es grave: si colisionan, generan miles de fragmentos que pueden amenazar otros activos en el espacio. La Agencia Espacial del Reino Unido y otros países están desarrollando tecnología para «capturar» desechos espaciales y evitar estos “eventos de súper difusión” de residuos.
El Ministerio de Defensa del Reino Unido sigue monitoreando a Skynet-1A desde el Centro Nacional de Operaciones Espaciales, alertando a otros operadores cuando existe riesgo de colisión. Sin embargo, la mejor solución a largo plazo podría ser reposicionar o retirar el satélite. El gobierno británico evalúa iniciativas, ya en fase experimental, que permitirían mover este tipo de satélites inactivos a órbitas más seguras.