La irrupción de los vehículos sin conductor en las calles de Estados Unidos avanza rápidamente, pero la duda sobre si el público confiará en los «robotaxis» sigue abierta. Según una encuesta del Centro de Investigación Pew, casi dos tercios de los estadounidenses no estarían dispuestos a subirse a un vehículo sin conductor si tuvieran la oportunidad. Esta desconfianza se debe a que, en las ciudades donde aún no han llegado estos servicios, los residentes no están familiarizados con la tecnología, mientras que en las ciudades donde ya operan, los accidentes de alto perfil, como los protagonizados por Cruise, propiedad de General Motors, siguen presentes en la memoria.
En este contexto, Tesla, que se ha posicionado como uno de los mayores defensores de la conducción autónoma, está a punto de presentar su esperado robotaxi tras años de promesas no cumplidas. Sin embargo, la tecnología de conducción autónoma actual de Tesla, en la que aún hay un conductor humano al volante, ha sido objeto de escrutinio por parte de los reguladores y ha enfrentado varias demandas tras cientos de accidentes. Los expertos señalan que, aunque Elon Musk pueda ofrecer una presentación convincente, esto no garantiza una red segura de robotaxis.
El lanzamiento del robotaxi de Tesla podría desestabilizar el panorama de los vehículos autónomos. En contraste, Waymo, propiedad de Alphabet, lidera el sector, acumulando más de veintidós millones de millas recorridas sin conductor. La empresa ha demostrado una demanda fuerte de este servicio, con un crecimiento rápido en ciudades como San Francisco, Los Ángeles, Phoenix y Austin, donde los viajes pagados en sus vehículos sin conductor se duplicaron en solo unos meses. Además, Waymo ha trabajado en construir una reputación de seguridad, lanzando un centro de datos en línea que sostiene que sus vehículos son más seguros que los conducidos por humanos.
Otros competidores también se están preparando para entrar en la carrera. Amazon planea lanzar su flota de autos autónomos Zoox, mientras que Cruise ha reanudado operaciones después de que un accidente en 2023 provocara la suspensión temporal de su servicio. Desde Wall Street, los analistas ya miran hacia un futuro sin conductores, y algunos argumentan que si no fuera por el auge de la inteligencia artificial generativa, 2024 sería el año del robotaxi.