El aterrizaje fallido de un cohete chino el domingo ha dejado un video espectacular

Una startup aeroespacial china, Deep Blue Aerospace, llevó a cabo el pasado domingo una prueba denominada de «alta altitud» con su cohete Nebula-1, que alcanzó unos 5 kilómetros de altura antes de intentar aterrizar de nuevo en el puerto espacial de Ejin Banner, en Mongolia Interior.

El vuelo de prueba transcurrió sin contratiempos durante los primeros dos minutos y medio, hasta que, justo antes del aterrizaje, el cohete sufrió un problema y estalló en una bola de fuego.

Cohete Nebula-1 de Deep Blue Aerospace descendiendo hacia una plataforma circular de aterrizaje, con sus motores encendidos mientras genera una nube de polvo en su intento de aterrizaje vertical durante una prueba de vuelo en Mongolia Interior.

A pesar del fallo, Deep Blue Aerospace se distingue de otras empresas del sector por su transparencia. En pocas horas, la compañía emitió un comunicado detallando los objetivos de la prueba y un análisis preliminar del fallo ocurrido. Además, compartió imágenes y vídeos, incluidos los captados por drones cercanos, donde se muestra el intento fallido de aterrizaje y las secuelas del accidente. Este nivel de transparencia es una tendencia positiva en las empresas espaciales chinas, que históricamente han sido más reservadas en sus actividades.

A pesar del incidente, la compañía expresó que ha obtenido valiosas lecciones de esta prueba, habiendo logrado 10 de sus 11 objetivos principales. Asimismo, han anunciado la intención de realizar otro vuelo de prueba de alta altitud tan pronto como en noviembre.

Deep Blue Aerospace forma parte de un grupo creciente de startups chinas como Linkspace, iSpace, Galactic Energy y Space Pioneer, que intentan replicar el éxito de la estadounidense SpaceX, particularmente en el ámbito de los despegues y aterrizajes verticales de cohetes. Estas pruebas recuerdan a las pioneras realizadas por SpaceX hace más de una década con su vehículo de prueba Grasshopper en Texas.

El cohete Nebula-1 de Deep Blue tiene un diámetro de 3,35 metros, ligeramente más pequeño que el Falcon 9 de SpaceX (3,66 metros), y utiliza motores alimentados por una combinación de queroseno y oxígeno líquido, al igual que su homólogo estadounidense. Debido al contratiempo en esta prueba, es improbable que el Nebula-1 realice un vuelo orbital antes de 2025.

A diferencia de SpaceX, que comenzó a realizar pruebas de aterrizaje vertical tras haber lanzado el Falcon 9 en misiones comerciales, Deep Blue Aerospace está efectuando estos ensayos antes de los lanzamientos orbitales, con la intención de recuperar la primera etapa desde el principio. Las próximas pruebas serán claves para ver si logran superar los desafíos, pero sin duda, será interesante seguir su progreso.

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