Un estudio publicado en Science Advances el 7 de agosto revela que los vendajes eléctricos podrían cambiar radicalmente el tratamiento de heridas crónicas, como las causadas por la diabetes. Los investigadores descubrieron que las heridas tratadas con estos vendajes cicatrizan un 30% más rápido que las tratadas con métodos convencionales.
Este avance es especialmente relevante para heridas que cicatrizan lentamente, lo que incrementa el riesgo de amputaciones y complicaciones graves. Según el investigador Amay Bandodkar, profesor asistente en la Universidad Estatal de Carolina del Norte, el objetivo era crear una tecnología económica que facilitara la curación en pacientes con heridas crónicas, permitiendo su uso en el hogar, sin depender de tratamientos en clínicas.
Los vendajes eléctricos están diseñados con electrodos por un lado y una batería alimentada por agua en el otro. Tras aplicar el vendaje sobre la herida y activar la batería con una gota de agua, se genera un campo eléctrico durante varias horas, lo que acelera la curación. El investigador Rajaram Kaveti destacó que este campo eléctrico es fundamental, ya que se ha comprobado su capacidad para acelerar la cicatrización de heridas crónicas.
Estos vendajes han sido probados en ratones diabéticos, un modelo común para estudiar la curación de heridas en humanos. Los resultados mostraron un cierre más rápido de las heridas, formación de nuevos vasos sanguíneos y una reducción de la inflamación, lo que sugiere una mejora general en el proceso de cicatrización, según la investigadora Maggie Jakus.
Además de su eficacia, los vendajes son asequibles, costando apenas unos pocos dólares por unidad. Los investigadores planean ahora ajustar el campo eléctrico que generan los vendajes, antes de pasar a ensayos clínicos en humanos. Sin embargo, se advierte que los resultados en animales no siempre se replican en personas.
El profesor Aristidis Veves, del Beth Israel Deaconess Center de Boston, subrayó la urgencia de nuevas terapias para tratar las úlceras diabéticas, un problema que puede derivar en amputaciones. Este nuevo vendaje podría revolucionar el tratamiento de estas heridas, cuya última terapia aprobada por la FDA fue desarrollada hace más de 25 años.