La construcción, conocida como ‘Wave’, se encuentra en Alemania y fue diseñada por el arquitecto italiano Massimiliano Locatelli. Este edificio de cinco pisos y 1.100 metros cuadrados fue creado utilizando una innovadora técnica de impresión 3D que permitió una construcción rápida y eficiente. La estructura se levantó gracias a una impresora 3D de gran escala, que utilizó un material a base de cemento para crear las paredes y los pisos del edificio. Este proceso no solo redujo significativamente los tiempos de construcción, sino que también generó menos residuos y fue más sostenible que los métodos de construcción tradicionales. La arquitectura futurista y las formas orgánicas del edificio ‘Wave’ lo convierten en una impresionante obra de arte, y demuestran el potencial infinito de la impresión 3D en la industria de la construcción.
En el corazón de Alemania, la ciudad de Heidelberg se ha convertido en el escenario de una innovación arquitectónica sin precedentes: la Casa de la Ola (Wave House), un proyecto que redefine los límites de la construcción de infraestructuras para la nube con la ayuda de la tecnología de impresión 3D. Diseñada por SSV y Mense Korte y construida por Peri 3D Construction para el desarrollador KrausGruppe, esta edificación no solo ostenta el título del edificio impreso en 3D más grande de Europa, sino que también inyecta un sentido estético revolucionario en el mundo, a menudo monótono, de los centros de datos.
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Con una superficie de 600 m² (6,600 pies cuadrados), la Casa de la Ola emerge como un faro de innovación en un área urbana de Heidelberg. Este proyecto no solo es notable por su tamaño, sino también por su diseño único inspirado en las olas, un intento consciente de los arquitectos por embellecer lo que tradicionalmente ha sido una estructura utilitaria y sin ventanas, por razones de seguridad y funcionalidad.
Este diseño ondulado, imposible de lograr mediante métodos de construcción convencionales, se materializó gracias a la impresión 3D, proporcionando una libertad de diseño sin precedentes. El proceso de construcción utilizó una impresora 3D COBOD BOD2, la misma empleada en proyectos pioneros como la primera casa de dos pisos impresa en 3D en Europa y el edificio impreso en 3D más grande del mundo. Esta impresora extruyó una mezcla cementosa reciclable capa por capa a una velocidad de 4 m² (43 pies cuadrados) por hora, culminando en un proceso de impresión de aproximadamente 140 horas.
Finalizado el proceso de impresión, un equipo humano añadió los toques finales, como el techo, puertas, iluminación y el equipamiento necesario para operar un centro de datos moderno conectado a internet. De manera innovadora, se empleó un robot pintor de Deutsche Amphibolin-Werke para pintar el interior, subrayando el compromiso del proyecto con la automatización y la sostenibilidad.
La construcción de la Casa de la Ola no solo es un testimonio de la viabilidad de la impresión 3D en proyectos de gran escala, sino que también destaca por su eficiencia medioambiental. Según Kraus Gruppe, el proceso de construcción impreso en 3D generó significativamente menos CO2 en comparación con los métodos tradicionales. Este avance representa un paso significativo hacia la automatización en la construcción, con COBOD aspirando a automatizar al menos el 50% de los procesos constructivos en los sitios de edificación, lo que podría tener implicaciones profundas tanto para la rentabilidad de las empresas como para la seguridad laboral de los trabajadores de la construcción.
La Casa de la Ola no solo establece un precedente en términos de diseño y sostenibilidad, sino que también se posiciona como un faro de progreso en la integración de la tecnología de impresión 3D en la construcción convencional. Con proyectos como este, el futuro de la arquitectura y la construcción parece estar al alcance de la mano, prometiendo edificaciones más innovadoras, eficientes y respetuosas con el medio ambiente.