Un reciente estudio revela que los trabajadores remotos a tiempo completo generan significativamente menos emisiones de gases de efecto invernadero en comparación con los empleados de oficina. Según la investigación, los teletrabajadores estadounidenses reducen sus emisiones hasta en un 54%. Sin embargo, los trabajadores híbridos no logran una disminución tan notable.
El estudio, publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences, analizó cinco categorías de emisiones, incluyendo el uso energético en oficinas y hogares. Los principales factores que contribuyen a la reducción de emisiones en el teletrabajo son la disminución del consumo energético en oficinas y la eliminación del desplazamiento diario.
No obstante, los investigadores advierten que el trabajo remoto debe planificarse cuidadosamente para maximizar sus beneficios ambientales. Se observó que los teletrabajadores tienden a aumentar sus viajes no laborales, incluyendo más conducción y vuelos.
La pandemia de COVID-19 provocó un cambio significativo en los patrones de trabajo, con muchas personas mudándose a zonas menos densamente pobladas. Esto podría resultar en trayectos más largos para los trabajadores híbridos y un mayor uso de vehículos privados, aumentando potencialmente su huella de carbono.
Los autores del estudio sugieren que para aprovechar plenamente los beneficios ambientales del teletrabajo, es necesario considerar cuidadosamente los patrones de desplazamiento, el consumo energético de los edificios, la propiedad de vehículos y los viajes no relacionados con el trabajo.