La controversia alrededor de Jimmy Kimmel Live! desata una ola masiva de cancelaciones que hace colapsar los servidores de Disney+

Disney se enfrenta a una crisis sin precedentes después de que ABC suspendiera Jimmy Kimmel Live! el 17 de septiembre. La decisión, tomada tras los comentarios del presentador sobre el asesinato del activista conservador Charlie Kirk, ha desatado una tormenta de cancelaciones que está haciendo tambalear los cimientos de la compañía del ratón.

La gota que colmó el vaso

El monólogo de Kimmel sugirió que los partidarios de Trump estaban tratando de recontextualizar las afiliaciones políticas del tirador, lo que provocó una fuerte reacción de la FCC y las principales afiliadas de ABC. La cadena reemplazó el programa con repeticiones, desencadenando acusaciones de censura y una campaña de boicot masiva contra Disney.

«La página sigue colapsando»

La respuesta del público ha sido abrumadora. Los hashtags #CancelDisneyPlus y #CancelHulu se han vuelto trending mientras los usuarios comparten capturas de pantalla de sus suscripciones canceladas. En Reddit, específicamente en r/Fauxmoi, un post viral declaraba: «La página para cancelar tu suscripción de Hulu/Disney+ sigue colapsando».

Los reportes de usuarios confirman el caos técnico. Muchos suscriptores han informado problemas para acceder a las páginas de cancelación, formularios que se cuelgan y bucles infinitos de inicio de sesión. Un usuario de Reddit comentó: «Ya cancelé mi suscripción de Disney», mientras otros describen frustrantes intentos de cancelación que terminan en páginas que no responden.

La presión de las afiliadas

Las estaciones afiliadas han jugado un papel directo en esta controversia. Sinclair anunció que transmitiría un especial tributo a Charlie Kirk durante el horario de Kimmel y exigió una disculpa pública. Nexstar también se negó a transmitir nuevos episodios del programa.

Algunas estaciones locales llenaron el espacio con noticias locales o programación alternativa en lugar de repeticiones, amplificando el impacto más allá de un simple programa de televisión.

Más que entretenimiento: una cuestión de principios

Para muchos suscriptores, la suspensión representa algo mucho más grande que una simple decisión de programación. Los críticos argumentan que Disney y ABC cedieron ante la presión política a expensas de la libertad de expresión.

Un usuario de Reddit resumió el sentimiento generalizado: «Si no se disculpan por los cielos con él, todos necesitamos continuar boicoteando todos los servicios de Disney y ABC, incluyendo Hulu». Publicaciones como esta reflejan la frustración que está alimentando las pérdidas masivas de suscripciones.

Consejos técnicos para los suscriptores

Para aquellos que buscan cancelar sus suscripciones, se recomienda:

  • Limpiar cookies y cambiar de navegador si la página no responde
  • Usar el chat en vivo de Disney para confirmar la cancelación si el proceso se congela
  • Conservar capturas de pantalla de todas las solicitudes de cancelación
  • Monitorear los ciclos de facturación para confirmar que el cambio se procesó correctamente

El dilema de Disney

La compañía ahora enfrenta un desafío monumental: equilibrar las demandas de las afiliadas, el escrutinio político y la confianza de los clientes, mientras las cancelaciones masivas se convierten en evidencia pública del rechazo del consumidor.

Legisladores, sindicatos y grupos de defensa se han unido a la conversación, enmarcando la medida como un ataque a la libre expresión más que como una decisión de programación corporativa.

El futuro incierto

Lo que comenzó como un monólogo nocturno se ha escalado hasta convertirse en un punto de conflicto que abarca toda la empresa. Como señaló un usuario de Reddit: «También cancelé mi Disney+ hoy después de decidir que no hay forma de que regrese».

Ya sea que Disney restaure a Kimmel en su horario o mantenga su posición actual, la decisión no solo dará forma a su marca, sino que determinará el futuro de su base de suscriptores. Los servidores colapsados y las páginas de cancelación saturadas son apenas el síntoma visible de una crisis mucho más profunda que pone en tela de juicio el equilibrio entre los valores corporativos y la libertad de expresión en la era digital.

La pregunta que queda es simple pero crucial: ¿podrá Disney recuperarse de esta tormenta perfecta de controversia política y revuelta tecnológica?

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