Investigadores han desarrollado unas innovadoras lentes de contacto que permiten a los usuarios ver en el rango del infrarojo cercano, potencialmente restaurando la percepción del color a las personas con daltonismo.
Los científicos han creado lentes de contacto de visión nocturna que, según afirman, pueden otorgar a las personas lo que han denominado «super-visión». Estas lentes utilizan nanopartículas para absorber luz de baja frecuencia y emitirla en el espectro visible, permitiendo a los usuarios visualizar longitudes de onda infrarrojas que normalmente son invisibles para el ojo humano.
A diferencia de las tradicionales gafas de visión nocturna, que requieren una fuente de energía, estas lentes no necesitan alimentación eléctrica. Los investigadores presentaron este avance el 22 de mayo en la revista Cell Press.
“Nuestra investigación abre la posibilidad de dispositivos portátiles no invasivos que den a las personas super-visión,” afirmó Tian Xue, autor principal y neurocientífico de la Universidad de Ciencia y Tecnología de China. «Hay muchas aplicaciones potenciales de inmediato para este material, como el uso de luz infrarroja parpadeante para transmitir información en configuraciones de seguridad, rescate, cifrado o antielusión».
Las tradicionales gafas de visión nocturna, que se utilizaron por primera vez en combate nocturno durante la Segunda Guerra Mundial, convierten la luz visible o los fotones cercanos al infrarrojo en electrones mediante un tubo intensificador de imagen. Estos electrones se canalizan a una pantalla luminiscente, lo que provoca que brille en verde. Sin embargo, estas gafas son generalmente voluminosas y requieren una fuente de energía, y no pueden distinguir con precisión la luz en el rango infrarrojo, especialmente en longitudes de onda más largas.
Para crear las nuevas lentes, los científicos incrustaron nanopartículas dentro de polímeros flexibles y no tóxicos típicamente utilizados en lentes de contacto suaves. Las nanopartículas, que consisten en fluorado de gadolinio sódico con elementos como iterbio, erbio y oro, absorben fotones cercanos al infrarrojo en el rango de longitud de onda de 800 a 1,600 nanómetros antes de emitirlos como luz visible, en longitudes de onda que van de aproximadamente 380 a 750 nanómetros.
En pruebas iniciales con ratones, aquellos que llevaban las nuevas lentes preferían espacios oscuros en comparación con aquellos iluminados por luz infrarroja, mientras que los ratones sin lentes no mostraron preferencia. Los escaneos cerebrales revelaron que los centros de procesamiento visual de los ratones con lentes se activaban en presencia de fuentes de luz infrarroja.
El equipo también experimentó con humanos y descubrió que los participantes eran capaces de percibir luz infrarroja parpadeante y notar su dirección. Esta visión infrarroja se amplificó cuando los participantes cerraron los ojos, ya que la luz infrarroja penetra más eficazmente que la luz visible a través del párpado, reduciendo la interferencia de la luz visible.
Las mejoras en las nanopartículas utilizadas en las lentes podrían permitir a las personas con daltonismo ver colores al convertir la luz roja visible en algo similar a la luz verde visible, haciendo lo invisible visible para ellos.
Sin embargo, a pesar de estos avances prometedores, se necesita más trabajo antes de que las lentes se comercialicen. Actualmente, solo captan luz proyectada desde fuentes LED brillantes, por lo que los científicos deben aumentar la sensibilidad de las lentes para captar luz de menores intensidades. Además, la proximidad de las lentes a las retinas podría limitar la capacidad de detectar detalles más finos, por lo que han desarrollado un sistema de gafas portátil para ver objetos a mayores resoluciones.