Elon Musk está lanzando un grupo de robotaxis de Tesla en Austin el próximo mes, donde hasta 20 Model Ys eléctricos autónomos comenzarán a transportar pasajeros por las calles de la ciudad. Musk apuesta el futuro de Tesla en su éxito, ya que los ingresos por vehículos eléctricos de la compañía han disminuido debido a rivales chinos en crecimiento y una reacción política en contra de sus posturas.
Sin embargo, hay un gran inconveniente: Tesla no ha demostrado que sus taxis autónomos sean seguros lo suficiente para comenzar a ofrecer servicios de transporte. Dada la peligrosa trayectoria de su software Autopilot y Full Self-Driving (FSD), así como la falta de datos técnicos y de seguridad detallados proporcionados por Musk, el lanzamiento en Austin podría convertirse en un fiasco.
Dan O’Dowd, un crítico de los reclamos de conducción autónoma de Musk, sostiene que «va a fallar seguro». Su iniciativa, The Dawn Project, prueba cada actualización del FSD, la cual potencia los robotaxis de Musk en Austin. O’Dowd ha experimentado varias fallas durante las pruebas del FSD, lo que pone en duda lo que muchos consideran más una animación que un test real en un entorno urbano.
El único despliegue público mencionado de las capacidades de robotaxi de Tesla fue una demostración en los estudios de Warner Brothers en Los Ángeles, que no fue más que un paseo en circuito cerrado, lo que no impresionó a expertos en seguridad.
Desde que Tesla comenzó a vender sus funciones de Autopilot y FSD, este software ha estado vinculado a varios accidentes fatales, lo que ha llevado a múltiples investigaciones por parte de la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras (NHTSA).
Con las ventas de vehículos eléctricos de Tesla en declive, Musk necesita crear un fenómeno para reasegurar a los inversores. “Es un momento de quiebre para Tesla, pero hay una sensación de que muchos detalles de último minuto están pendientes”, declaró un ex-empleado.
La operación en Austin dependerá en gran medida de operadores remotos para minimizar accidentes, aunque la compañía ha contratado personal humano para asistir y tomar control si fuera necesario. Mientras tanto, no hay datos confiables sobre el rendimiento del software de conducción autónoma de Tesla. La información que publica Tesla está lejos de ser evaluada por expertos externos.
Si bien Tesla lleva un permiso de prueba de vehículos autónomos en California, comparativamente, competidores como Waymo han sido más transparentes, presentando informes detallados sobre sus pruebas. La falta de transparencia de Tesla plantea dudas sobre su capacidad para operar con seguridad en condiciones urbanas reales.
En un contexto donde la competencia se intensifica y los accidentes son preocupantes, el horizonte de Tesla y su ambición por un servicio de robotaxis sigue siendo incierto. Con promesas no cumplidas acerca de la autonomía total, el futuro de los taxis autónomos de Tesla podría seguir siendo solo un sueño para Musk.