Un equipo de investigadores ha desarrollado un dispositivo innovador que permite a pequeños drones disparar potentes láseres, algo que anteriormente se consideraba imposible. En un escenario ficticio, un grupo de soldados avanza cautelosamente detrás de un vehículo blindado, mientras un dron sobrevuela a un kilómetro de distancia. De repente, los soldados son alcanzados por rayos láser emitidos por el dron, provocando ceguera y fallos en los equipos electrónicos del vehículo.
El láser, de tipo infrarrojo cercano con una longitud de onda de 1080 nanómetros, puede causar ceguera con solo cinco microwatts de potencia. Sin embargo, la intensidad del rayo que impacta a los soldados es 200 millones de veces mayor, alcanzando un kilovatio por centímetro cuadrado. Esta potencia es suficiente para vaporizar la grasa subcutánea si la piel queda expuesta, y es capaz de cortar metal, según el equipo de investigación liderado por Li Xiao, de la Universidad Nacional de Tecnología de Defensa del Ejército Popular de Liberación de China.
El estudio, publicado en la revista china Acta Armamentarii, detalla cómo Li y su equipo han superado las limitaciones previas al crear un dispositivo de redirección pequeño y ligero. Este dispositivo permite a los drones recibir potentes haces de láser desde el suelo y reflejarlos hacia objetivos enemigos. Anteriormente, se pensaba que generar un rayo láser de largo alcance requería equipos voluminosos del tamaño de un camión, lo que hacía inviable su uso en plataformas pequeñas como los drones de consumo.
El avance tecnológico presentado por Li y sus colegas podría revolucionar el uso de drones en el campo de batalla, permitiendo una nueva forma de ataque a distancia con una precisión y letalidad sin precedentes. Aunque también plantea importantes consideraciones éticas y de seguridad, dado el potencial destructivo de los láseres de alta potencia en manos de dispositivos tan accesibles y maniobrables como los drones.
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