El internet puede ser un espacio peligroso para los niños, desde los efectos negativos de las redes sociales en su salud física y emocional, hasta los riesgos de encontrarse con contenido o personas inapropiadas. Hoy en día, con la mayoría de los menores de 18 años portando smartphones, la conexión constante es fácil, lo que ha llevado a muchos padres preocupados a buscar alternativas más seguras para sus hijos. Esta preocupación ha impulsado un aumento significativo en las ventas de teléfonos «tontos» o feature phones.
Según datos de la compañía británica de telecomunicaciones Virgin Media O2 (recogidos por The Reg), las ventas de teléfonos sin conexión a internet han duplicado en el Reino Unido en comparación con el año anterior, con un fuerte incremento observado en septiembre, coincidiendo con el inicio del nuevo año escolar.
Un dato curioso es que Nokia, una marca muy popular en los primeros años de los 2000, está experimentando un resurgimiento gracias a aquellos que desean evitar el mundo digital. Un ejemplo destacado es el modelo más reciente del Nokia 3310, lanzado por HMD Global, propietario de la marca. Este dispositivo, famoso por su resistencia, fue presentado originalmente en el año 2000.
No solo los padres preocupados están impulsando esta tendencia. Los consumidores mayores, que se sienten abrumados por la creciente complejidad de los smartphones y las nuevas tecnologías como la inteligencia artificial, también optan por estos teléfonos más sencillos, que ofrecen únicamente llamadas, mensajes de texto y algunos juegos básicos, como el popular «Snake» que aún incluye el nuevo Nokia 3310.
Además, los teléfonos «tontos» son comunes en industrias donde los dispositivos tienden a sufrir daños, como la construcción o plataformas petrolíferas. A diferencia de los smartphones, estos teléfonos destacan por su robustez y su bajo costo (entre 50 y 100 dólares), lo que hace menos doloroso reemplazarlos en comparación con los costosos modelos de Apple o Samsung que superan los 1.000 dólares.
El retorno de los teléfonos no inteligentes no es una novedad reciente. Un informe de Counterpoint Research del año pasado ya señalaba un aumento en las ventas de estos dispositivos en Estados Unidos. Parte de su popularidad se debe a la Generación Z, nacida entre 1997 y 2012, que busca reducir el tiempo frente a las pantallas para proteger su salud mental y evitar distracciones innecesarias.
Un ejemplo notable de esta tendencia es el colegio británico Eton, que prohíbe el uso de smartphones entre los estudiantes de primer año y les ofrece teléfonos Nokia como alternativa. La intención de esta medida es crear un ambiente más propicio para el aprendizaje, libre de distracciones digitales.