La NASA está a punto de tomar su decisión de seguridad más importante en casi una generación

NASA se enfrenta esta semana a una de las decisiones más importantes en cuanto a la seguridad de vuelos espaciales tripulados en más de dos décadas. Los astronautas Butch Wilmore y Suni Williams, quienes están a bordo de la Estación Espacial Internacional (EEI), han pasado cerca de 10 semanas en una misión de prueba a bordo de la nave espacial Starliner de Boeing. Esta misión originalmente estaba programada para durar poco más de una semana. Ahora, la agencia espacial estadounidense duda si la Starliner es lo suficientemente segura para traer de vuelta a los astronautas a la Tierra.

El trasfondo de esta incertidumbre está marcado por la experiencia de tres directivos clave en la toma de decisiones: Ken Bowersox y Steve Stich de la NASA, y LeRoy Cain de Boeing. Todos ellos estuvieron involucrados en el programa del transbordador espacial Columbia, que terminó en un desastre en 2003. En ese trágico incidente, siete astronautas perdieron la vida cuando el transbordador Columbia se desintegró al reingresar en la atmósfera terrestre. Si bien ninguno de los tres fue directamente responsable de la decisión que llevó a esa tragedia, todos experimentaron de primera mano las consecuencias de una evaluación errónea del riesgo.

Vista de la cápsula Starliner de Boeing desde una ventana de la Estación Espacial Internacional, flotando en órbita sobre la Tierra, con el vasto océano y las nubes en el fondo.

En ese momento, NASA subestimó los peligros asociados con el vuelo del Columbia, y el resultado fue catastrófico. Ahora, estos tres veteranos de la agencia están en una situación similar, pero esta vez con la nave Starliner. La cuestión que se plantea es si Wilmore y Williams deberían regresar a la Tierra en esta nave, la cual ha tenido antecedentes de fallos en los propulsores y fugas de helio, o si sería más seguro traerlos de vuelta en una cápsula Dragon de SpaceX.

Normalmente, la opción preferida sería usar la Starliner para minimizar la interrupción de las operaciones en la EEI y mantener el programa de Boeing en marcha. Sin embargo, hay ingenieros en NASA que no están convencidos de que esta sea la decisión correcta, ya que aún no se comprende completamente por qué cinco de los propulsores de la Starliner se sobrecalentaron y perdieron potencia durante la aproximación de la cápsula a la EEI en junio. Aunque cuatro de estos propulsores han vuelto a funcionar casi con normalidad, persisten las dudas sobre si fallarán nuevamente al reingresar en la atmósfera terrestre.

La situación ha generado un debate interno en NASA que retrasó una reunión clave para evaluar la preparación de la nave. Los líderes de la agencia buscan consenso entre los equipos de ingeniería antes de comprometerse a traer a los astronautas de vuelta en la Starliner. Existe la posibilidad de que la nave regrese sin tripulación, lo cual obligaría a Boeing a realizar una nueva misión de prueba, similar a lo que se exigió a SpaceX antes de aprobar su cápsula Dragon para misiones operativas en 2020.

Un directivo de NASA en una sala de reuniones, sentado frente a una mesa con micrófono, papeles y varias botellas de bebida, mientras revisa documentos importantes durante una reunión clave sobre la misión Starliner.

A pesar de que Boeing se muestra confiado en la capacidad de la Starliner para realizar el regreso, la decisión final recae en NASA, ya que la vida de dos astronautas y una inversión de más de 6.700 millones de dólares están en juego. Aunque se han identificado las causas de las fugas de helio y se ha desarrollado un plan para gestionarlas, persisten las incertidumbres sobre los propulsores.

Recientes pruebas en Nuevo México han mostrado resultados inesperados, con un sello de teflón en una válvula del oxidante mostrando abultamientos que podrían restringir el flujo de propulsor, pero no se ha logrado comprender completamente el problema. Esto ha aumentado la preocupación entre los responsables del vuelo de prueba de la Starliner.

Con la misión de SpaceX retrasada hasta septiembre, NASA tiene algo de tiempo adicional para tomar una decisión, que se espera llegue en los próximos días. Si optan por la Dragon, los astronautas permanecerían en la EEI hasta febrero y la Starliner tendría que desacoplarse y regresar sin tripulación antes del próximo lanzamiento de SpaceX. Esta opción requiere actualizaciones en el software de vuelo de Starliner para permitir un desacoplamiento y reentrada sin tripulación.

El antecedente del accidente del Columbia sigue siendo una sombra en las decisiones actuales. En 2003, los directores de vuelo de NASA no comprendieron la gravedad del daño en el ala del Columbia, lo que resultó en una decisión trágica. Hoy, los gerentes de NASA están al tanto de los problemas con Starliner, lo que aumenta la presión para tomar la decisión correcta.

El regreso de los astronautas Wilmore y Williams sigue en duda, y todo depende de una evaluación cuidadosa por parte de los líderes de NASA y Boeing, quienes deben decidir si la Starliner es lo suficientemente segura para traer a sus tripulantes de vuelta a casa.

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