Una flota de 500 taxis autónomos, gestionados por ordenadores y a menudo sin conductores de seguridad, recorre las calles de China. La empresa detrás de estos taxis, el gigante tecnológico Baidu, anunció recientemente la incorporación de 1,000 nuevos taxis robot en Wuhan. En total, 16 o más ciudades chinas han permitido a empresas probar vehículos sin conductor en vías públicas, y al menos 19 fabricantes de automóviles y sus proveedores compiten por el liderazgo global en este campo. Ningún otro país avanza tan agresivamente en esta tecnología.
El gobierno chino está proporcionando un apoyo significativo a estas empresas. Además de designar áreas de prueba en las ciudades para los taxis robot, las autoridades están limitando la discusión en línea sobre incidentes de seguridad para contener el temor público. Las encuestas de J.D. Power revelan que los conductores chinos confían más en los vehículos autónomos que los estadounidenses.
Zhang Ming, dueño de una tienda cerca del Pabellón Qingchuan en Wuhan, donde muchos taxis robot de Baidu hacen paradas, comentó: «Creo que no hay necesidad de preocuparse demasiado por la seguridad; debe haber pasado la aprobación de seguridad». Otro factor clave en el liderazgo de China en vehículos sin conductor es su estricto control de datos. Las empresas chinas establecen instalaciones de investigación cruciales en Estados Unidos y Europa, pero cualquier investigación en China no puede salir del país, dificultando que los fabricantes extranjeros utilicen esos avances para sus vehículos en otros lugares.
Mientras China avanza rápidamente, las empresas y reguladores en otros lugares son más cautelosos. El servicio de taxis robot de Cruise, de General Motors, suspendió su servicio en EE.UU. tras un accidente en San Francisco. Waymo, la división de autos autónomos de Google, está probando más de 200 autos en Phoenix y San Francisco, y casi 50 en Los Ángeles y Austin, Texas, bajo revisión de seguridad por parte de reguladores federales.
Tesla ha realizado grandes apuestas en la conducción asistida, aunque sus sistemas Autopilot y Full Self-Driving no son completamente autónomos, requiriendo que los conductores mantengan la atención en la carretera. Elon Musk anunció recientemente una presentación de «Tesla Robotaxi» para agosto, generando expectativas en el mercado.
Muchos fabricantes chinos de autos eléctricos están introduciendo características avanzadas de conducción asistida. Beijing autorizó recientemente a nueve fabricantes chinos, incluyendo Nio, BYD y SAIC Motor, a iniciar pruebas de sistemas de conducción avanzada en áreas restringidas. Baidu y Huawei están suministrando parte o la totalidad de estos sistemas automatizados.
La Sociedad China de Ingenieros Automotrices predice que el 20% de los autos vendidos en China en 2030 serán completamente autónomos, y otro 70% tendrá tecnología avanzada de conducción asistida. Sin embargo, prever la popularidad futura de los autos sin conductor en Estados Unidos es difícil, dependiendo de la rapidez con que los fabricantes cambien a vehículos eléctricos, ya que la tecnología autónoma funciona mejor con autos eléctricos.
China representa un gran mercado para Tesla y sus tecnologías avanzadas de conducción asistida, aunque el gobierno está restringiendo la salida de datos del país. Musk visitó Beijing en abril para buscar aprobación para ofrecer Full Self-Driving en China, logrando acuerdos para mantener los datos dentro del país y obtener mapas de alta resolución a través de Baidu. La preocupación por la seguridad de los datos está aumentando, y tanto Estados Unidos como Europa están considerando regulaciones más estrictas al respecto.
Baidu cree que tiene una ventaja de tres a cinco años sobre Tesla en ciudades chinas como Wuhan, según Wang Yunpeng, presidente del grupo de negocios de conducción inteligente de Baidu. Desde los puertos costeros en el sureste de China hasta las metrópolis en las montañas del oeste, ciudades en todo el país están fomentando una amplia experimentación con vehículos autónomos, impulsando a China al frente de esta revolución tecnológica.