Crean réplica de oreja humana con impresora 3D

La combinación de la ingeniería de tejidos y la impresión 3D ha abierto un mundo de posibilidades en el campo de la medicina regenerativa. En este caso particular, la capacidad de recrear una oreja humana con un aspecto y tacto naturales representa un avance significativo en la creación de injertos personalizados para pacientes con malformaciones congénitas. Este logro no solo destaca el potencial de la tecnología para mejorar la calidad de vida de las personas, sino que también allana el camino para futuras investigaciones y aplicaciones en la bioingeniería.

En un avance revolucionario en el campo de la ingeniería de tejidos, investigadores de Weill Cornell Medicine y Cornell Engineering han desarrollado una réplica de la oreja humana adulta utilizando técnicas de vanguardia y una impresora 3D. Este desarrollo, detallado en un estudio publicado el 16 de marzo en Acta Biomaterialia, representa un gran paso hacia la creación de injertos que no solo imitan la anatomía detallada del oído humano, sino que también replican sus propiedades biomecánicas. Esta innovación promete ser una solución para aquellos que nacen con malformaciones congénitas del oído o que pierden una oreja más adelante en la vida.

La reconstrucción del oído, un proceso que actualmente requiere múltiples cirugías y una considerable habilidad artística, podría verse simplificada gracias a esta tecnología. Según el Dr. Jason Spector, autor principal del estudio y jefe de la División de Cirugía Plástica y Reconstructiva en NewYork-Presbyterian/Weill Cornell Medical Center, esta técnica podría ofrecer una opción más realista para miles de personas que necesitan cirugía para corregir deformidades del oído externo.

El proceso tradicional de construcción de una oreja de reemplazo, que implica la extracción de cartílago de las costillas del paciente, puede ser doloroso y dejar cicatrices significativas. Además, aunque estas orejas de reemplazo pueden diseñarse para parecerse al otro oído del receptor, generalmente carecen de la misma flexibilidad. La estrategia desarrollada por Spector y su equipo se centra en el uso de condrocitos, células encargadas de formar el cartílago, para fomentar la formación de nuevo tejido dentro de andamios plásticos con forma de oreja creados con una impresora 3D. Estos andamios, reforzados internamente con pequeños fragmentos de cartílago animal esterilizado, previenen la contracción del tejido, manteniendo la forma y detalles del oído.

Tras tres a seis meses, la estructura evoluciona hasta contener tejido cartilaginoso que replica de cerca las características anatómicas de la oreja, como el borde helicoidal, la «antihélix» y el cuenco conchal central. Aunque los materiales resultantes mostraron una flexibilidad y elasticidad similares al cartílago del oído humano, se observó que no eran tan resistentes. El equipo planea mejorar la resistencia de estos injertos agregando condrocitos humanos al proceso, lo cual podría resultar en una réplica biomecánicamente más similar a la oreja nativa.

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