Nuevo sensor detecta sustancias químicas dañinas en el agua potable

El sensor funciona mediante la detección de sustancias químicas per- y polifluoroalquiladas (PFAS), que son una clase de compuestos persistentes y bioacumulativos. A menudo utilizados en productos como sartenes antiadherentes, telas impermeables y espuma de extinción de incendios, los PFAS han demostrado ser perjudiciales para la salud humana y el medio ambiente. La capacidad de identificar y cuantificar rápidamente estos productos químicos en el agua potable es crucial para proteger la salud pública y el ecosistema. Este avance tecnológico representa un paso adelante en la monitorización y el control de la contaminación química en el suministro de agua potable, brindando a los responsables de la toma de decisiones una herramienta más efectiva para garantizar la seguridad del agua que consumimos a diario.

Científicos del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) han desarrollado un innovador sensor capaz de identificar cantidades mínimas de sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas (PFAS) —compuestos presentes en el empaquetado de alimentos, utensilios de cocina antiadherentes y numerosos productos de consumo. Estos químicos, denominados «eternos» por su resistencia a degradarse naturalmente, se han asociado a diversos efectos nocivos para la salud, incluyendo cáncer, problemas reproductivos y alteraciones en los sistemas inmunológico y endocrino.

La tecnología del nuevo sensor demostró ser capaz de detectar niveles de PFAS tan bajos como 200 partes por trillón en muestras de agua. Este dispositivo promete ser una herramienta útil tanto para consumidores interesados en verificar la calidad de su agua potable como para industrias que utilizan estos compuestos, incluyendo la fabricación de semiconductores y equipos de lucha contra incendios.

Timothy Swager, el profesor John D. MacArthur de Química en el MIT y autor principal del estudio publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, señaló la importancia de estas tecnologías de detección. «Nos enfrentamos a la permanencia de estos químicos por mucho tiempo, por lo que es crucial poder detectarlos y eliminarlos,» afirmó.

El equipo del MIT diseñó el sensor utilizando la tecnología de flujo lateral, similar a la empleada en las pruebas rápidas de COVID-19 y tests de embarazo. En vez de utilizar una tira revestida con anticuerpos, el nuevo sensor incorpora un polímero especial llamado polianilina, que cambia entre estados semiconductores y conductores al añadirle protones. Este cambio en la resistencia eléctrica del material, que puede medirse con precisión, proporciona una medición cuantitativa de la cantidad de PFAS presentes.

Actualmente, el sensor puede detectar concentraciones tan bajas como 200 partes por trillón para el ácido perfluorobutanoico (PFBA) y 400 partes por trillón para el ácido perfluorooctanoico (PFOA), cifras aún no alineadas completamente con las directrices de la Agencia de Protección Ambiental de EE. UU. (EPA), pero el equipo trabaja en una versión mejorada que promete aumentar significativamente la sensibilidad del dispositivo.

Este avance podría facilitar una alternativa económica y rápida a los métodos actuales de detección de PFAS, ofreciendo a los consumidores y a las industrias una herramienta práctica para asegurar la seguridad del agua.

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