El Papa Leo XIV ha convertido la inteligencia artificial (IA) en un tema central de su pontificado, calificándola como una «amenaza para la dignidad humana, la justicia y el trabajo» y comparando el progreso tecnológico contemporáneo con una nueva revolución industrial. Bajo su liderazgo, la iglesia católica ha convocado un seminario en la Ciudad del Vaticano los días 16 y 17 de octubre de 2025, denominado Digital Rerum Novarum: Inteligencia Artificial para la Paz, Justicia Social y Desarrollo Humano Integral, en referencia a la encíclica del Papa León XIII sobre los grandes cambios sociales y la justicia[1].

Durante este evento, organizado por la Pontificia Academia de Ciencias Sociales, se resaltó la urgente necesidad de detener la carrera armamentista tecnológica en IA y se hizo un llamado a la «audacia del desarme» en el desarrollo de estas tecnologías. El seminario también destacó la importancia de unificar las iniciativas dispersas de regulación de la IA en un único marco global vinculante, con mecanismos de implementación efectivos y respaldo de grandes instituciones tecnológicas, algo que Microsoft apoyó enviando un representante, mientras que Google, Meta y Apple se ausentaron[1].

En su discurso, el Papa Leo XIV reconoció que la IA tiene el potencial de generar grandes logros, pero también planteó la pregunta sobre cómo construir una sociedad global más justa y humana, citando al Papa Francisco que definió a la IA como «sobre todo una herramienta» del genio humano, pero que debe usarse con prudencia[1].

El documento del seminario apuntó además a problemas críticos como la transparencia de los algoritmos, la necesidad de preservar la sostenibilidad ambiental frente al consumo energético de centros de datos, y la búsqueda de una justicia social tecnológica, incluyendo propuestas como la Renta Básica Universal y la cooperación entre trabajadores, empleadores, científicos y gobiernos para garantizar una distribución equitativa de los beneficios de la IA[1].

Un tema relevante que surgió fue el desarrollo de «neuro-derechos», para proteger a las personas de los riesgos que implican tecnologías invasivas como los implantes cerebrales, señalando esta área como ética y moralmente crítica[1].

Además, una importante consecuencia práctica del seminario fue la creación de la Red de Conocimiento en IA para el Desarrollo Humano Integral en América Latina, que buscará fortalecer la presencia regional en el desarrollo ético y inclusivo de la IA, con especial atención a la voz de los pobres y vulnerables[1].

En línea con estas iniciativas, el Vaticano ya promulgó unas directrices éticas y un marco regulatorio dentro de la Ciudad del Vaticano que resaltan que la innovación tecnológica nunca debe sustituir a la persona humana y establece una comisión encargada de supervisar el desarrollo ético y responsable de la IA, con énfasis en la transparencia, responsabilidad y supervisión humana continua[5][3].

Estas posiciones se alinean con las expresadas anteriormente por el Papa Francisco, quien también defendió una regulación internacional vinculante para la IA, advirtiendo sobre la concentración de beneficios en pocas manos y la pérdida de valor del trabajo humano en una sociedad cada vez más dominada por la tecnología[6].

El Papa Leo XIV se ha manifestado claramente en contra de la idea de un «Papa IA», rechazando cualquier intento de representación papal a través de avatares digitales y subrayando la importancia de que el liderazgo espiritual permanezca exclusivamente en manos humanas[1].

Este liderazgo del Vaticano es considerado una fuerza moral importante en el debate mundial sobre IA, proponiendo un enfoque que combina principios éticos, morales y sociales para enfrentar los desafíos planteados por esta tecnología en rápida evolución.

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