Rodney Brooks, el legendario cofundador de iRobot y veterano investigador del MIT, acaba de lanzar una bomba contra la industria: los miles de millones de dólares que los inversores están volcando en startups de robots humanoides son una pérdida total de dinero.
El problema fundamental de las manos robóticas
Brooks se muestra especialmente escéptico de compañías como Tesla y la prominente empresa Figure AI, que intentan enseñar destreza a los robots mostrándoles videos de humanos realizando tareas. En un nuevo ensayo, califica este enfoque como «pensamiento de fantasía pura».
¿El problema central? Las manos humanas son increíblemente sofisticadas, equipadas con aproximadamente 17,000 receptores táctiles especializados que ningún robot actual logra igualar. Mientras que el machine learning transformó el reconocimiento de voz y el procesamiento de imágenes, esos avances se construyeron sobre décadas de tecnología existente para capturar los datos correctos. «No tenemos esa tradición para los datos táctiles», señala Brooks.
El peligro mortal de la física
Luego está el tema de seguridad. Los robots humanoides caminantes de tamaño completo bombean cantidades masivas de energía para mantenerse erguidos. Cuando caen, son peligrosos. La física dicta que un robot del doble del tamaño de los modelos actuales contendría ocho veces más energía dañina.
La predicción que cambiará todo
Brooks predice que en 15 años, los robots «humanoides» exitosos en realidad tendrán:
- Ruedas en lugar de piernas
- Múltiples brazos
- Sensores especializados
- Abandonarán completamente la forma humana
Mientras tanto, está completamente convencido de que los miles de millones actuales están financiando experimentos de entrenamiento costosos que nunca escalarán a producción masiva.
Un historial de predicciones acertadas
No es la primera vez que Brooks arroja agua fría sobre las expectativas establecidas por emprendedores audaces e inversores ansiosos. El año pasado, habló extensamente sobre por qué la promesa de la IA generativa excede sus capacidades reales y puede incluso crear más trabajo en algunos casos.
Un ejemplo revelador: la organización sin fines de lucro METR reclutó a 16 desarrolladores altamente calificados para medir los impactos de las herramientas de IA en el desarrollo de software real. Cuando los desarrolladores usaron las herramientas de IA, tardaron 19% más tiempo en completar sus tareas. Curiosamente, percibían que la IA los había acelerado en un 20%.
El panorama millonario actual
Las cifras son asombrosas. Apptronik, un fabricante de robots humanoides que ha recaudado casi $450 millones, cuenta con Google entre sus respaldos y se asoció con DeepMind de Google para «combinar la mejor inteligencia artificial con hardware de vanguardia e inteligencia encarnada».
Figure, de manera similar, está respaldado en parte por Microsoft y el OpenAI Startup Fund. Aunque se separaron de OpenAI en marzo pasado, Figure anunció este mes que había recibido más de $1,000 millones en capital comprometido en su última ronda de financiamiento, valorando la compañía en unos asombrosos $39,000 millones.
Una burbuja condenada al fracaso
Brooks ha argumentado durante mucho tiempo que la IA no es la amenaza existencial que muchos, incluyendo Elon Musk, han planteado. Sus predicciones han demostrado ser notablemente precisas a lo largo de los años, y su advertencia actual sobre la burbuja de robots humanoides podría ser igualmente profética.
La realidad es que mientras las compañías de robótica líderes de hoy no han escapado de la atracción gravitacional de las Big Tech, la pregunta permanece: ¿están realmente construyendo el futuro, o simplemente quemando dinero en experimentos destinados al fracaso?