Los datos son fundamentales para que una empresa genere valor, cumpla con requisitos regulatorios, controle gastos, opere eficientemente y crezca. Sin embargo, a pesar de su importancia, las empresas están perdiendo el control sobre este activo crítico.
A medida que las empresas se han trasladado a la nube, han entregado grandes cantidades de datos críticos a proveedores de Software como Servicio (SaaS) y servicios en la nube, a menudo sin una forma fácil de recuperarlos. Se estima que el 60% de los datos corporativos están almacenados en la nube, lo que representa un aumento del 100% desde 2015. Pero, una vez que los datos están en la nube, ¿es posible recuperarlos?
Hoy en día, tres tendencias amenazan la posición de datos en la nube: agentes de IA, computación local y repatriación. Las empresas se están dando cuenta de que para innovar, reducir costos y garantizar el cumplimiento, necesitan recuperar el control de sus datos.
La posición de datos en la nube
La aparición de soluciones SaaS ha sido positiva para la colaboración y la comodidad, pero nefasta para la propiedad de los datos. Aunque puedes utilizar un programa de recompensas de una aerolínea, resulta complicado recuperar los datos de tus viajes para utilizarlos en otra parte. Lo mismo se aplica a los equipos técnicos que utilizan herramientas SaaS, donde la recuperación de datos puede ser una tarea monumental.
En el modelo de Infraestructura como Servicio (IaaS), tus datos están almacenados en la nube y tienes control sobre ellos. Sin embargo, en el modelo de Plataforma como Servicio (PaaS) y SaaS, la situación se complica. Muchas veces, la recuperación de datos depende de terceros y de cómo han decidido priorizar la propiedad de los datos.
Los agentes de IA invaden SaaS y PaaS
Con el auge de los agentes de IA, el valor de estos radica en el acceso directo a los datos. Los agentes de IA son capaces de resolver problemas específicos localmente, sin preocuparse por la ubicación de los datos. La reciente aparición de herramientas que permiten ejecutar IA localmente indica que cada vez es más accesible tener el procesamiento de IA sin depender de la nube.
La transición hacia lo local
La computación local «primero» busca recuperar el control de los datos, permitiendo que las aplicaciones funcionen de manera autónoma, incluso sin conexión. Este enfoque permite un rendimiento, privacidad y beneficios de propiedad que las aplicaciones SaaS no ofrecen.
Para que el movimiento local-prioritario funcione, debe existir una sincronización efectiva entre aplicaciones locales y la red. La investigación ha dado lugar a tecnologías como los Tipos de Datos Replicados Sin Conflicto (CRDT), que ayudan a mitigar los problemas de sincronización.
La repatriación de datos de IaaS
El interés en repatriar datos de la nube ha aumentado. Un estudio indica que sólo el 43% de los CIOs planeaban repatriar algunos de sus trabajos en la nube en 2020, mientras que este número se dispara al 83% en 2024. Las razones de esta repatriación no sólo giran en torno al ahorro de costos, sino también al valor añadido que se puede impulsar cuando los datos se almacenan localmente.
La duración de la migración y el cumplimiento se vuelven más complicados en la nube. A medida que las preocupaciones de privacidad de datos aumentan, también lo hace el número de organizaciones que optan por recuperar sus datos. Recientemente, un estudio encontró que el 25% de las organizaciones en el Reino Unido ya han repatriado el 50% o más de sus datos en la nube.
El futuro de la propiedad de los datos
El cambio en la propiedad de los datos es más que un cambio técnico; es un reequilibrio de poder en la economía digital. Durante años, las empresas han confiado en proveedores de SaaS y nube para gestionar sus datos críticos, a menudo a costa de su control y flexibilidad operativa. Sin embargo, con el crecimiento de los agentes de IA, las arquitecturas locales y la repatriación de datos, las organizaciones están comenzando a reconocer que la verdadera innovación y eficiencia se basan en la propiedad y gestión de sus propios datos.
Este cambio no solo se trata de ahorrar dinero o mejorar el cumplimiento; se trata de redefinir la competitividad digital. En los próximos años, los ganadores no serán aquellos con las integraciones de sistemas en la nube más profundas, sino aquellos que puedan asegurar y optimizar sus datos en sus propios términos.