Un equipo de investigadores de la Universidad Pública de Navarra (UPNA), liderado por la doctora Elodie Bouzbib, ha logrado, por primera vez, mostrar gráficos tridimensionales en el aire que pueden ser manipulados con las manos. Este proyecto también incluye a Iosune Sarasate, Unai Fernández, Manuel López-Amo, Iván Fernández, Iñigo Ezcurdia y Asier Marzo, este último parte del Instituto de Ciudades Inteligentes.

Bouzbib indica que lo que usualmente se denomina hologramas en el cine son en realidad exhibiciones volumétricas: gráficos que están en el aire y que pueden ser visualizados desde diferentes ángulos sin necesidad de gafas de realidad virtual, a los que se conoce como gráficos verdaderamente en 3D. Este avance permite un nuevo paradigma de interacción llamado «ven e interactúa», donde los usuarios se acercan a un dispositivo y pueden empezar a utilizarlo sin complicaciones.

El equipo menciona que existen prototipos comerciales de pantallas volumétricas, como los de Voxon Photonics o Brightvox Inc., pero ninguno permite la interacción directa con los hologramas. Según Asier Marzo, la interacción directa implica poder insertar nuestras manos para agarrar y arrastrar objetos virtuales, algo que resulta natural e intuitivo, similar a cómo interactuamos con nuestros smartphones.

Grupo de seis personas posando al aire libre en una avenida peatonal rodeada de árboles sin hojas y farolas. Están de pie y sonrientes, con un edificio institucional al fondo, en lo que parece ser un entorno universitario o de investigación.

La investigación se presenta en el congreso CHI 2025, que se llevará a cabo en Yokohama, Japón, del 26 de abril al 1 de mayo. Este evento reunirá a más de 4,000 investigadores de instituciones como Microsoft, Meta, Apple y Adobe, quienes expondrán los últimos avances en técnicas y dispositivos interactivos.

Cómo funcionan estos hologramas y sus aplicaciones prácticas

Las pantallas volumétricas utilizan una hoja oscilante rápida llamada difusor, donde las imágenes se proyectan de manera sincrónica a alta velocidad (2,880 imágenes por segundo). Gracias a la persistencia de visión, las imágenes proyectadas a diferentes alturas se perciben como un volumen completo. Sin embargo, el equipo enfrentó el desafío de que el difusor rígido puede romperse o causar lesiones al entrar en contacto con las manos. Para solucionarlo, reemplazaron el difusor rígido por uno elástico, lo que también significó enfrentar el reto de que los materiales elásticos se deforman y requieren corrección de imagen.

Mano interactuando con un holograma en 3D de un coche flotante de colores neón (rosa, verde y azul) proyectado sobre un dispositivo en un entorno oscuro.

Este avance abre nuevas vías para interactuar con gráficos 3D, permitiendo a los usuarios agarrar y manipular objetos virtuales de forma natural. Por ejemplo, se puede generar la experiencia de agarrar un cubo entre el dedo índice y el pulgar para moverlo y rotarlo, o simular patas que caminan en una superficie usando el dedo índice y el anular.

Las aplicaciones de esta tecnología son amplias y van desde la educación —como la visualización y ensamblaje de partes de un motor— hasta la interacción en museos, donde los visitantes pueden acercarse e interactuar con el contenido sin la necesidad de visores de realidad virtual. La capacidad de manipular gráficos tridimensionales directamente promete transformar la forma en la que trabajamos, aprendemos y nos entretenemos.

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