Un equipo internacional de investigadores, que incluye a un astrofísico de la Universidad Estatal de Oregón, ha validado una teoría de hace 19 años sobre la formación de las erupciones solares. Este hallazgo, comparado con los movimientos rápidos de un conocido depredador de dibujos animados, ofrece nuevas perspectivas sobre este poderoso fenómeno solar. Comprender las erupciones solares es esencial para predecir el clima espacial y minimizar su impacto en la tecnología y las actividades humanas, según explicó Vanessa Polito, miembro del cuerpo docente de la Facultad de Ciencias de OSU.

Las erupciones solares pueden liberar una cantidad de energía inmensa, hasta 10 millones de veces mayor que la liberada por una erupción volcánica. Estas erupciones y las eyecciones de masa coronal asociadas pueden generar auroras espectaculares, pero también afectar gravemente nuestro entorno espacial, interrumpir las comunicaciones, representar peligros para los astronautas y satélites en el espacio, y afectar la red eléctrica en la Tierra.

Reconexión deslizante: un fenómeno recién observado

Las reconexiones deslizantes de las líneas del campo magnético del sol, un término inspirado en las frenéticas carreras del Coyote tras el Correcaminos, fueron observadas a través del Espectrógrafo de Imágenes de la Región de Interfaz de la NASA, conocido como IRIS, un satélite utilizado para estudiar la atmósfera solar. La observación de pequeñas y brillantes características en la atmósfera del sol, moviéndose a velocidades sin precedentes de miles de kilómetros por segundo, abre la puerta a una comprensión más profunda de la creación de las erupciones solares, las explosiones más poderosas del sistema solar.

Guillaume Aulanier, del Observatorio de París y colaborador en la investigación, desarrolló el concepto de reconexión deslizante en 2005. Sin embargo, medir la velocidad de los núcleos de las erupciones solares había sido un desafío, según Polito. Los núcleos son pequeñas regiones brillantes dentro de las cintas de la erupción que marcan la ubicación de la reconexión del campo magnético, áreas conocidas como puntos de pie donde ocurren intensas liberaciones de calor y energía.

Implicaciones para la investigación estelar y astrofísica

Los programas de observación de alta cadencia recientemente diseñados, que capturan imágenes cada dos segundos, revelaron los movimientos deslizantes de los núcleos moviéndose a velocidades de hasta 2,600 kilómetros por segundo. «Las pequeñas y brillantes características observadas por IRIS trazan el movimiento muy rápido de los puntos de pie de las líneas individuales del campo magnético, que se deslizan a lo largo de la atmósfera solar durante una erupción», explicó Polito, subdirectora del proyecto de la misión IRIS.

Las erupciones y la reconexión magnética son fenómenos que ocurren en todas las estrellas y en diferentes objetos astrofísicos en todo el universo, como púlsares y agujeros negros. En el sol, nuestra estrella más cercana, podemos estudiarlos en gran detalle, como lo demuestra nuestro estudio. Una erupción solar ocurre cuando la atmósfera del sol emite una explosión repentina e intensa de radiación mediante la rápida liberación de energía magnética acumulada. La salida de energía de una sola erupción es equivalente a millones de bombas de hidrógeno explotando simultáneamente y cubre todo el espectro electromagnético, desde ondas de radio hasta rayos gamma.

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