El conflicto entre LaLiga, las operadoras de telecomunicaciones y Cloudflare ha alcanzado un nuevo nivel de tensión. En un intento por combatir la piratería del fútbol, se han bloqueado direcciones IP de forma masiva, afectando a numerosas páginas legítimas que nada tienen que ver con el streaming ilegal. Entre ellas, el portal Japonismo, dedicado a la cultura japonesa, y otros sitios web que han visto restringido su acceso para miles de usuarios sin una justificación clara.
Todo apunta a que el problema proviene de una sentencia judicial que permite a Telefónica Audiovisual Digital, filial de Telefónica, solicitar el bloqueo de direcciones IP asociadas a la piratería. Sin embargo, en la práctica, el filtrado no está siendo preciso, y esto ha llevado a que muchas webs inocentes acaben en la lista negra de las operadoras.
La indignación ha explotado en redes sociales, donde afectados y expertos han denunciado que los bloqueos son indiscriminados y sin control. La cuenta de O2 España, operadora low-cost de Telefónica, ha sido una de las más señaladas por redirigir a sus propios clientes al buzón de quejas de LaLiga, en lugar de ofrecer una solución directa.
Uno de los casos más comentados ha sido el de Japonismo, cuya web ha quedado inaccesible para los clientes de Movistar y O2. “Que hablamos de Japón, no de fútbol”, han respondido en X, exigiendo que si se quiere bloquear piratas, se haga de forma adecuada y sin causar perjuicios a terceros.
Otros afectados, como el divulgador Rubén Alonso, han denunciado el problema ante la Oficina de Atención al Usuario de Telecomunicaciones, mientras que múltiples usuarios han amenazado con darse de baja de O2 y Movistar.
Las respuestas de las operadoras han sido confusas y contradictorias. En repetidas ocasiones, O2 ha asegurado que los bloqueos responden a una orden judicial, aunque varios expertos han señalado que ningún juez ha dictaminado el cierre de estas webs en particular.
En su defensa, O2 ha instado a los afectados a contactar con Cloudflare o su proveedor de alojamiento para cambiar de IP, lo que ha sido recibido con sorpresa e indignación. Como señalaba un usuario:
“¿Somos clientes de O2 o de LaLiga? ¿Vosotros trabajáis para nosotros o para LaLiga?”
Muchos usuarios han recordado que la sentencia en la que se amparan las operadoras prohíbe expresamente causar perjuicio a terceros. De hecho, algunos ya están planteando demandas por daños y perjuicios, argumentando que estas prácticas pueden violar derechos fundamentales, como el acceso a la información.
Además, la polémica ha dejado en evidencia que los verdaderos piratas siguen accediendo sin problema a los partidos, mientras que negocios legítimos ven afectado su tráfico y sus ingresos.
El conflicto entre LaLiga, Cloudflare y las operadoras parece lejos de resolverse y está teniendo consecuencias imprevistas. Lo que comenzó como una medida antipiratería se ha convertido en un problema de censura indiscriminada, con miles de usuarios y empresas legítimas pagando los platos rotos.
Mientras los piratas siguen operando sin problemas a través de VPN y otros métodos, cada fin de semana se repite la misma historia: páginas bloqueadas sin motivo, clientes indignados y operadoras señalando a LaLiga como responsable.