El caso se remonta a una disputa legal entre Musk y el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, en la que Musk desafió abiertamente una orden judicial. Esta acción ha llevado a que las autoridades brasileñas inicien una investigación para determinar las consecuencias y responsabilidades legales que podrían derivarse de esta situación. Elon Musk, conocido por su personalidad controvertida y sus polémicas en redes sociales, ahora se enfrenta a posibles repercusiones legales en un país donde Tesla ha estado expandiendo su presencia. La relación entre Musk y Bolsonaro ha sido tensa en el pasado, y este último episodio agrega un nuevo capítulo a la historia de desencuentros entre ambos líderes.
Elon Musk, el multimillonario propietario de la red social X (anteriormente conocida como Twitter), se encuentra en medio de una investigación legal en Brasil tras una disputa pública con el juez del Tribunal Supremo, Alexandre de Moraes. La controversia surgió después de que Musk desafió una orden judicial que exigía a la plataforma bloquear varias cuentas de extrema derecha, una medida enmarcada en la investigación sobre los intentos del ex presidente Jair Bolsonaro de permanecer en el poder tras su derrota electoral en 2022.
De Moraes había emitido una orden que obligaba a la red social a bloquear a varios usuarios y prohibía la divulgación de detalles sobre las cuentas bloqueadas, acompañada de multas diarias de aproximadamente 16.000 libras esterlinas por incumplimiento. En respuesta, Musk anunció la reversión de esos bloqueos y pidió la renuncia o destitución del juez.
La situación escaló cuando el juez anunció la apertura de una investigación por obstrucción a la justicia contra Musk, en respuesta a la divulgación coordinada de los llamados «Archivos de Twitter». Esta colaboración con periodistas permitió el acceso a los registros internos de la red social, revelando más de dos años de comunicaciones entre el equipo legal de Twitter y los tribunales brasileños. Michael Shellenberger, escritor estadounidense, publicó estos documentos, describiéndolos como evidencia de una «represión generalizada a la libertad de expresión».
Musk calificó la acción del juez de «censura agresiva» y se comprometió a levantar todas las restricciones. Argumentó que las medidas del juez implicaban multas considerables, amenazas de arresto a empleados de la compañía y la posibilidad de cortar el acceso a X en Brasil. Musk enfatizó que los principios importan más que las ganancias, incluso si esto significa perder todos los ingresos en Brasil y cerrar las oficinas allí.
En un giro aún más desafiante, Musk prometió publicar «todo» lo que el juez supremo había exigido a Twitter, acusándolo de traicionar de manera flagrante y repetida la constitución y al pueblo de Brasil. La respuesta del juez fue iniciar su investigación, respaldada por el gobierno actual de Luiz Inácio Lula da Silva, que criticó a Musk y abogó por la regulación de las redes sociales.
El gobierno, a través del procurador general federal, Jorge Messias, destacó la imposibilidad de vivir en una sociedad donde multimillonarios extranjeros controlan las redes sociales y desafían el estado de derecho, ignorando órdenes judiciales y amenazando a las autoridades. «La paz social es innegociable», afirmó Messias.
Esta disputa ocurre en un contexto donde Alexandre de Moraes lidera investigaciones no solo contra las «milicias digitales» que respaldaron la administración de Bolsonaro y el presunto intento de golpe de Estado el 8 de enero del año pasado, sino también contra ejecutivos de Telegram y Google por su papel en una campaña contra un proyecto de ley de regulación de internet.