La directora de Europol, Catherine De Bolle, ha instado a las grandes empresas tecnológicas a colaborar más estrechamente con las fuerzas del orden en materia de cifrado, advirtiendo que la falta de cooperación podría amenazar la democracia europea. En el marco del Foro Económico Mundial en Davos, De Bolle se reunirá con representantes de estas compañías para abordar la cuestión, subrayando la «responsabilidad social» de permitir el acceso policial a mensajes cifrados utilizados por criminales para mantener el anonimato.
De Bolle argumenta que la anonimidad no es un derecho fundamental y compara la situación con un allanamiento físico, donde la población no aceptaría que la policía no pueda entrar en una casa con una orden de registro. En el entorno digital, es crucial que las fuerzas del orden puedan descifrar estos mensajes para combatir el crimen. La tensión entre las empresas tecnológicas y las autoridades se ha intensificado debido al uso del cifrado de extremo a extremo, que dificulta la obtención de pruebas en investigaciones policiales.
A pesar de los esfuerzos legales para comprometer el cifrado, empresas como Apple, WhatsApp de Meta y Signal han defendido la privacidad y seguridad de sus usuarios. Aunque Apple ha intentado cooperar con las fuerzas del orden en casos de abuso infantil, estas iniciativas han sido abandonadas por la reacción negativa de los defensores de la privacidad. Algunos países de la UE, como Alemania, también han mostrado escepticismo hacia el acceso policial a mensajes privados, lo que ha bloqueado la legislación contra el abuso infantil.
De Bolle, quien asumió la dirección de Europol en 2018, también busca expandir el uso de la inteligencia artificial en las investigaciones de la agencia y abordar amenazas híbridas, como las acusaciones recientes contra Rusia por cortar cables submarinos en el Báltico. Actualmente, Europol solo puede investigar organizaciones criminales, y un cambio en este ámbito requeriría nueva legislación de la UE. Bajo su liderazgo, Europol ha crecido significativamente, duplicando su personal a unos 1,700 empleados, y ha jugado un papel crucial en la lucha contra el crimen organizado y el terrorismo.