Un estudio de la Universidad Estatal de Oregón sugiere que un robot asequible podría ser un recurso eficaz para motivar a los niños pequeños a ser más activos físicamente, lo que podría beneficiar su salud a largo plazo. Este descubrimiento es relevante ya que el movimiento tiene un rol fundamental en el desarrollo infantil, influyendo en la salud tanto en la infancia como en la vida adulta.
Los investigadores de la Universidad Estatal de Oregón estudiaron a ocho niños de entre 2 y 3 años en sesiones semanales durante dos meses. El entorno de estudio consistía en una sala de juegos equipada con diversos juguetes y un robot infantil personalizado llamado GoBot, diseñado para interactuar con los niños. Este robot, de tamaño similar al de un niño, tiene ruedas y está recubierto de espuma, lo cual le permite moverse y ser manipulado sin riesgo.
Cada sesión de juego se dividió en tres partes: en una, el GoBot estaba presente pero inactivo, permitiendo que los niños lo empujaran o movieran a su antojo. En la segunda parte, un operador controlaba al GoBot mediante un mando de PlayStation, realizando movimientos que desafiaban a los niños a perseguirlo. En la tercera, el robot se movía de manera autónoma, recompensando a los niños con luces, sonidos o burbujas cuando lograban acercarse a él.
Los resultados indicaron que los niños mostraban un aumento en su nivel de actividad física cuando el robot estaba activo, tanto bajo control manual como en modo autónomo. Esto sugiere que un robot relativamente económico, con una programación autónoma básica, podría ser una herramienta eficaz para promover el movimiento entre niños pequeños.
La investigadora Naomi Fitter destacó que esta interacción con el robot en modo autónomo tuvo efectos similares a cuando era controlado directamente, lo cual abre la posibilidad de que estos robots puedan ofrecer un apoyo activo en la estimulación física de los niños a bajo coste. Este tipo de tecnología, más avanzada que los juguetes robóticos tradicionales, podría ser viable y accesible en un futuro cercano.
El estudio enfatiza que la actividad física en los primeros años de vida no solo ayuda al desarrollo físico, sino que también contribuye al desarrollo cognitivo, social y motriz. A largo plazo, un estilo de vida activo favorece la salud psicomotora y cardiometabólica, y ayuda a establecer hábitos saludables que perduren.
Según los autores, el sedentarismo infantil es un desafío global que afecta a todas las edades y que se asocia con problemas como la obesidad y enfermedades crónicas. Fitter también señaló que, aunque existen juguetes que motivan a los niños a gatear o caminar, hay una carencia de juguetes específicamente diseñados para fomentar la actividad física en niños que ya se desplazan de forma independiente.
Los robots como GoBot pueden resultar más eficaces en la promoción de la actividad física en niños pequeños al percibirse como compañeros de juego, a diferencia de otros dispositivos electrónicos. Esto fomenta una interacción que los niños encuentran motivadora y atractiva.
Estos robots no buscan reemplazar la atención de los cuidadores, sino complementar las actividades con los niños. Para los padres, estos robots podrían ser una herramienta útil en aquellos momentos en los que es difícil saber cómo estimular a sus hijos a nivel físico. El equipo de investigación confía en que estudios como este puedan contribuir al desarrollo de nuevos juguetes robóticos que refuercen la actividad física en familia, proporcionando una experiencia compartida y divertida.