Latham logró ingresar a una de estas ‘granjas de clics’ en Vietnam, donde capturó imágenes que muestran a personas trabajando en computadoras generando interacciones falsas en redes sociales. Este fenómeno no solo afecta la credibilidad de las plataformas en línea, sino que también tiene implicaciones éticas y legales. La manipulación de seguidores y clics puede distorsionar la percepción pública de la realidad y perjudicar a los usuarios honestos que intentan hacer crecer sus cuentas de manera genuina. Es importante que los usuarios estén conscientes de este tipo de prácticas y sepan discernir entre contenido auténtico y fraudulento.
Recursos multimedia extra disponibles en la fuente original
Jack Latham, fotógrafo británico, se embarcó en una misión única: documentar las «granjas de clics» en Vietnam, un aspecto poco conocido pero crucial en la economía de la atención digital. Durante un mes en la capital, Hanói, Latham exploró estas operaciones clandestinas que emplean a trabajadores con salarios bajos para aumentar artificialmente el tráfico en línea y el compromiso en redes sociales, buscando manipular algoritmos y percepciones de los usuarios. Su libro, «Beggar’s Honey», ofrece una visión inédita de estos talleres y pone de relieve la complejidad detrás de la aparente simplicidad del «me gusta».
La proliferación de las granjas de clics, especialmente en Asia, refleja un lado oscuro del crecimiento exponencial de las redes sociales desde los años 2000. A pesar de los intentos de regulación, como la prohibición de China en 2020, estas operaciones siguen floreciendo, aprovechando los bajos costos laborales y energéticos para operar cientos de dispositivos simultáneamente.
Describe a estas granjas como si fueran startups del Silicon Valley, con una enorme cantidad de hardware y trabajadores jóvenes gestionando las tareas. La popularidad de plataformas como TikTok entre estas operaciones subraya la evolución constante del panorama de las redes sociales. Los «agricultores de clics» ofrecen sus servicios a precios irrisorios, menos de un centavo por clic, vista o interacción, tratando su labor como cualquier otro trabajo, sin percibir la sombra de su actividad.
«Beggar’s Honey» no solo documenta el aspecto humano y técnico de las granjas de clics, sino que también reflexiona sobre el impacto de estas prácticas en la percepción pública y la difusión de desinformación. Latham, a través de su trabajo, busca desvelar las maquinarias detrás de la desinformación y alentar a una mayor conciencia sobre cómo se manipula nuestra atención en el entorno digital.
Este fenómeno no se limita al marketing y la economía de la atención; también tiene implicaciones políticas significativas, como se ha visto en casos de manipulación electoral en todo el mundo. Latham espera que al arrojar luz sobre estas prácticas, el público pueda tomar decisiones más informadas y reconocer que los métricos en redes sociales no son siempre un reflejo de autenticidad.