El trasplante de corazón es una intervención que puede salvar vidas, pero la logística para trasladar un corazón donado al receptor es un proceso contrarreloj. Para mejorar este aspecto crítico, investigadores han desarrollado una innovadora tecnología conocida como «caja corazón». Este dispositivo permite que los corazones donados se mantengan vivos y funcionando fuera del cuerpo durante períodos más prolongados, mejorando significativamente su conservación y reduciendo las probabilidades de fallos tempranos en los receptores.
Tradicionalmente, los corazones donados se almacenan en refrigeradores llenos de hielo a 4°C, sumergidos en una solución de potasio. Este método de conservación es altamente sensible al tiempo, ya que el corazón debe ser implantado en un plazo de cuatro horas para minimizar el riesgo de complicaciones en el receptor. Sin embargo, el «caja corazón» ofrece una alternativa más avanzada, proporcionando oxigenación y nutrientes de manera continua, lo que ayuda a mantener la salud y función del corazón mientras se espera su trasplante.
Según un estudio realizado por la Universidad de Gotemburgo, el uso de este dispositivo puede extender el periodo de conservación de los corazones donados hasta nueve horas. Esto es posible gracias a la perfusión hipoterma oxigenada (HOPE), que mantiene el corazón a una temperatura de ocho grados, circulando un fluido rico en oxígeno y nutrientes que asegura un mejor funcionamiento del órgano y reduce las complicaciones postoperatorias en los receptores.
En este estudio, se evaluaron los resultados de 204 pacientes adultos de 15 clínicas en ocho países europeos. Los participantes fueron asignados aleatoriamente para recibir corazones conservados en el «caja corazón» o en refrigeradores convencionales. Todos los corazones provinieron de donantes en muerte cerebral. Los resultados mostraron que los receptores de corazones preservados con el «caja corazón» tuvieron un riesgo significativamente menor de desarrollar insuficiencia cardíaca o disfunción orgánica grave (PGD) en comparación con aquellos que recibieron corazones almacenados en refrigeradores tradicionales. En particular, el riesgo de PGD fue un 11% menor en el grupo del «caja corazón».
Göran Dellgren, profesor de Cirugía de Trasplantes en la Academia Sahlgrenska de la Universidad de Gotemburgo, describió estos resultados como un avance significativo en el campo de los trasplantes. Según Dellgren, esta tecnología no solo reduce complicaciones que pueden causar sufrimiento y, en los peores casos, la muerte prematura, sino que también podría permitir que los órganos sean transportados a mayores distancias y aumentar el número de trasplantes al posibilitar el uso de corazones de donantes menos ideales, como los de mayor edad.