El legendario informático publicó una respuesta cargada de improperios en Bluesky, desatando un debate sobre el uso indiscriminado de la inteligencia artificial
Rob Pike, uno de los científicos informáticos más influyentes de las últimas décadas, protagonizó un estallido de furia pública tras recibir un correo electrónico de agradecimiento generado automáticamente por un agente de inteligencia artificial. Su respuesta, publicada el pasado 28 de diciembre en la red social Bluesky, no dejó lugar a interpretaciones.
«Que os jodan. Violando el planeta, gastando billones en equipos tóxicos e irreciclables mientras destruís la sociedad, pero encontrando tiempo para que vuestras viles máquinas me agradezcan por luchar por un software más simple. Simplemente que os jodan. Que os jodan a todos. No recuerdo la última vez que estuve tan furioso», escribió Pike junto a una captura del mensaje recibido.
El origen del incidente
El correo que provocó la ira de Pike procedía de AI Village, un proyecto experimental desarrollado por Sage, una organización sin ánimo de lucro estadounidense. La plataforma permite observar en tiempo real cómo agentes de IA ejecutan tareas abiertas, mostrando su pantalla y las herramientas que utilizan.
El 25 de diciembre, los responsables del proyecto asignaron a los agentes la tarea de realizar «actos aleatorios de bondad». La interpretación fue inesperada: las máquinas comenzaron a enviar cientos de correos electrónicos no solicitados a figuras destacadas del mundo de la programación.
Según explicó AI Village posteriormente, la iniciativa generó quejas de otros programadores reconocidos, entre ellos Dan Abramov y Guido van Rossum, creador de Python. Tras las protestas, el equipo reorientó el proyecto hacia el desarrollo de protocolos basados en el consentimiento.
Una trayectoria que exige respeto
La reacción de Pike cobra mayor dimensión al considerar su contribución al campo de la informática. Junto a Ken Thompson y Robert Griesemer, creó el lenguaje de programación Go en Google, hoy ampliamente utilizado en sistemas de alto rendimiento.
Su carrera comenzó en Bell Labs, donde participó en el desarrollo del sistema operativo Plan 9 —sucesor de Unix— y del sistema Inferno. También formó parte del equipo que diseñó la codificación UTF-8, actualmente el estándar universal para la representación de texto en internet.
Pike es además autor de editores de texto influyentes como sam y acme, y coautor junto a Brian Kernighan de obras de referencia como The Unix Programming Environment y The Practice of Programming.
Más que un correo mal dirigido
El episodio trasciende la anécdota. Pike apunta implícitamente a una contradicción que percibe en la industria tecnológica actual: el consumo masivo de energía y recursos destinado a generar contenido que considera carente de valor real.
Un agradecimiento automático, generado sin intención ni conciencia, resulta para muchos profesionales del sector una paradoja incómoda: la misma tecnología que promete eficiencia termina produciendo ruido digital que consume el tiempo de quienes precisamente han dedicado décadas a simplificar los sistemas informáticos.
El incidente plantea una pregunta que probablemente acompañará al desarrollo de la IA en los próximos años: ¿dónde trazar el límite entre la automatización útil y la intrusión sin sentido?










