Los amputados a menudo experimentan una desconexión profunda con sus manos biónicas tradicionales. Sin embargo, un avance revolucionario en inteligencia artificial podría cambiar por completo esta realidad, ofreciendo una experiencia mucho más natural e intuitiva.

Un problema de control que frustra a los usuarios

Las manos biónicas modernas son verdaderas maravillas tecnológicas. Cuentan con motores que permiten girar, mover dedos individuales y manipular objetos complejos. También pueden detectar señales eléctricas provenientes de los músculos que normalmente controlarían esas acciones.

Sin embargo, a medida que estas prótesis se han vuelto más capaces, también se han tornado más difíciles de controlar para los usuarios, según explica Marshall Trout, investigador de la Universidad de Utah y autor principal de un estudio revolucionario.

«La persona tiene que sentarse y realmente concentrarse en lo que está haciendo», dice Trout, «lo cual realmente no es como se comporta una mano intacta.»

Esta dificultad de control causa que muchos amputados crezcan frustrados con sus manos biónicas y dejen de usarlas completamente.

El breakthrough: control compartido con IA

Investigadores de la Universidad de Utah han desarrollado una solución innovadora que combina inteligencia artificial con sensores especiales para crear una mano protésica que actúa mucho más como una natural.

La clave está en que la mano reconozca cuándo el usuario quiere hacer algo, y luego comparta el control de los movimientos necesarios para completar la tarea.

Resultados impresionantes en las pruebas

El enfoque fue probado con cuatro personas que habían perdido una mano. Los resultados fueron extraordinarios:

  • Con la ayuda de sensores e IA: los participantes podían «muy confiablemente» agarrar una taza y simular tomar un sorbo
  • Sin este control compartido: «la aplastaban o la dejaban caer cada vez»

Este éxito es notable porque «la capacidad de ejercer fuerza de agarre es una de las cosas con las que realmente luchamos en las prótesis ahora mismo», según John Downey, profesor asistente en la Universidad de Chicago.

Cómo funciona la tecnología

Detección de intenciones

El sistema de IA aprende a detectar las contracciones musculares más mínimas. Por ejemplo, puede identificar el movimiento más pequeño en un músculo que flexiona la mano.

«Ahí es cuando el controlador de la máquina se activa, diciendo: ‘Oh, estoy tratando de agarrar algo, no solo estar quieto'», explica Trout.

Sensores avanzados

Los científicos modificaron una mano biónica agregando:

  • Sensores de proximidad: para medir la distancia a los objetos y evaluar su forma
  • Sensores de presión: en las yemas de los dedos para indicar al usuario qué tan firmemente está sosteniendo el objeto su mano protésica

La importancia del control compartido

Un problema psicológico fundamental

Jacob George, profesor de la Universidad de Utah y director del Utah NeuroRobotics Lab, explica que existe una reacción particular cuando las personas usan prótesis con habilidades sobrehumanas:

«Puedes hacer una mano robótica que puede realizar tareas mejor que un usuario humano», dice, «pero cuando realmente se la das a alguien, no les gusta.»

Esto sucede porque el dispositivo se siente extraño y fuera de su control.

Imitando el control natural

Una razón por la que nos sentimos conectados a nuestras propias manos es que están controladas conjuntamente por nuestros pensamientos y por reflejos en el tronco cerebral y la médula espinal.

«Todo nuestro control motor involucra reflejos que son subconscientes», dice Downey, «así que proporcionar imitaciones robóticas de esos bucles de reflejos va a ser importante.»

El futuro de las prótesis inteligentes

Hacia la incorporación real

El objetivo final es crear miembros protésicos que se sientan como una extensión del propio cuerpo de la persona.

«En última instancia, cuando creas una mano robótica incorporada, se convierte en parte de la experiencia de ese usuario, se convierte en parte de ellos mismos y no solo en una herramienta», explica George.

Desafíos por superar

Incluso las manos biónicas más avanzadas aún necesitan ayuda del cerebro humano. Como señala Downey, una persona puede usar la misma mano natural para enhebrar suavemente una aguja y luego levantar firmemente a un niño.

«El rango dinámico de eso está mucho más allá de lo que los robots típicamente manejan», dice.

Una nueva era para los amputados

Este avance representa un paso crítico hacia la creación de extremidades protésicas que realmente se sientan como parte del cuerpo de la persona. Aunque la tecnología seguirá evolucionando y las prótesis biónicas se volverán cada vez más versátiles y capaces, los científicos aseguran que lo que no cambiará es el deseo humano de mantener una sensación de control sobre sus apéndices artificiales.

La investigación, publicada en la revista Nature Communications, marca el comienzo de una nueva era donde la inteligencia artificial no reemplaza el control humano, sino que lo amplifica y complementa, creando una experiencia verdaderamente integrada entre mente y máquina.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí