La creencia de que las personas prefieren historias escritas por humanos en lugar de por inteligencia artificial (IA) está siendo cuestionada por un nuevo estudio. Si bien inicialmente los encuestados manifestaron una inclinación hacia lo humano, la realidad de sus acciones sugiere otra cosa.
De acuerdo con este estudio, realizado por investigadores de Bowdoin College, aunque los participantes expresaron que preferirían leer relatos creados por personas, la mayoría de ellos dedicó el mismo tiempo y recursos a leer historias, ya fueran estas generadas por IA o escritas a mano. Esto pone en tela de juicio la efectividad de las intuiciones sobre las preferencias del consumidor en el ámbito de la creatividad.
En el experimento, se solicitó a ChatGPT, un modelo de inteligencia artificial de OpenAI, que generara un cuento en el estilo del reconocido autor Jason Brown. Posteriormente, se reclutó a una muestra representativa de más de 650 personas a quienes se ofreció una compensación de 3.50 dólares para leer y evaluar la historia generada por IA. A la mitad de los participantes se les dijo que el cuento era de IA y a la otra mitad se les hizo creer que era del autor humano.
Tras leer la historia, los participantes evaluaron la calidad del relato en función de su previsibilidad, compromiso emocional, capacidad evocadora, entre otros factores. Los resultados mostraron que el grupo que sabía que la historia era generada por IA la calificó de manera más negativa en comparación con el grupo que pensaba que era humana, lo que apoya investigaciones previas que evidencian un sesgo en contra de las obras de IA en campos como el arte visual, la música y la poesía.
Sin embargo, un aspecto intrigante fue que ambos grupos estaban dispuestos a gastar la misma cantidad de dinero y tiempo para leer la historia completa, independientemente de si sabían que era generada por IA. Casi el 40% de los participantes admitieron que hubieran pagado menos si hubieran sabido de antemano que la historia era de IA.
Esta investigación evidencia que las respuestas subjetivas de las personas no siempre reflejan sus decisiones de consumo. Esto tiene importantes consecuencias para el futuro del trabajo creativo humano, especialmente en un entorno donde las producciones de IA pueden ser significativamente más baratas de producir.
A medida que la IA continúa desarrollándose y generando contenido, es crucial analizar cómo los prejuicios y percepciones sobre estas tecnologías pueden influir en las decisiones de compra y en el valor percibido del arte humano. Los investigadores sugieren que el panorama para el trabajo creativo humano podría ser más complicado de lo que anteriores estudios habían planteado, y aunque los consumidores pueden valorar la autenticidad, muchos no están dispuestos a respaldar esa preferencia con sus hábitos de gasto.
Frente a estos hallazgos, queda la pregunta de cuál será la futura dinámica del mercado entre las obras generadas por IA y las producidas por humanos.