El cuerpo humano posee una capacidad notable para curarse a sí mismo tras sufrir lesiones, aunque presenta ciertas limitaciones. Investigadores de la Universidad de Nottingham han desarrollado un método para mejorar este proceso natural, creando implantes a partir de la propia sangre del paciente con el fin de regenerar lesiones, incluso reparando huesos. Este avance podría suponer un cambio significativo en el tratamiento de fracturas y otras lesiones óseas.
Los tejidos corporales son capaces de sanar cortes o fracturas pequeñas de manera bastante eficiente. El proceso comienza con la formación de una estructura sólida llamada hematoma regenerativo (RH), un microambiente complejo que atrae células clave, moléculas y proteínas necesarias para la regeneración del tejido. Este mecanismo natural es la base sobre la cual los científicos han trabajado para potenciar la capacidad de curación del cuerpo.
En el nuevo estudio, los investigadores de Nottingham han creado una versión mejorada de un RH. En lugar de fabricar uno completamente sintético desde cero, utilizaron sangre real y potenciaron sus propiedades curativas con anfifilos peptídicos (PAs), proteínas sintéticas que tienen diferentes regiones atraídas por el agua y las grasas. Los PAs pueden construir mejores estructuras para el hematoma, permitiendo que los factores de curación y las células que la sangre convoca trabajen de manera más efectiva.
El equipo demostró que los nuevos materiales podían realizar las funciones habituales del RH, como reclutar células curativas y generar factores de crecimiento, además de ser fáciles de ensamblar y manipular. Estas estructuras pueden incluso imprimirse en 3D en la forma necesaria para cada paciente, utilizando muestras de su propia sangre. En pruebas realizadas en ratas, a las que se les extrajo quirúrgicamente secciones de hueso del cráneo, los nuevos RH crecieron a partir de su propia sangre e implantados en los huecos mostraron signos de regeneración. Después de seis semanas, las ratas que recibieron la nueva técnica RH mostraron hasta un 62% de nueva formación ósea, en comparación con el 50% utilizando un sustituto óseo comercialmente disponible. Las ratas de control no tratadas vieron solo un 30%.
La posibilidad de convertir de manera fácil y segura la sangre de las personas en implantes altamente regenerativos es realmente emocionante, según el Dr. Cosimo Ligorio, autor del estudio. La sangre es prácticamente gratuita y puede obtenerse fácilmente de los pacientes en volúmenes relativamente altos. El objetivo es establecer un conjunto de herramientas que pueda ser fácilmente accesible y utilizado en un entorno clínico para transformar rápidamente y de manera segura la sangre de los pacientes en implantes regenerativos ricos, accesibles y ajustables.