El Departamento de Justicia de Estados Unidos ha emitido una normativa final sobre la Orden Ejecutiva 14117, firmada por el presidente Joe Biden en febrero de 2024, que impide la transferencia de datos de ciudadanos estadounidenses a varios «países de preocupación». Esta medida busca proteger la seguridad nacional de Estados Unidos al limitar el acceso a información sensible por parte de naciones consideradas hostiles.
La lista de países incluye a China (junto con Hong Kong y Macao), Cuba, Irán, Corea del Norte, Rusia y Venezuela. Según el Departamento de Justicia, estos países han mostrado un patrón de conducta adverso para la seguridad nacional de Estados Unidos o la seguridad de sus ciudadanos. La normativa subraya que estas naciones podrían acceder y explotar datos personales sensibles de los estadounidenses, así como información relacionada con el gobierno de EE.UU.
La normativa entrará en vigor en 90 días. Matthew G. Olsen, Fiscal General Adjunto de la División de Seguridad Nacional del Departamento de Justicia, afirmó que este nuevo programa de seguridad nacional está diseñado para garantizar que los datos personales de los estadounidenses no sean vendidos a potencias extranjeras hostiles, ya sea mediante compra directa u otros medios de acceso comercial. La orden ejecutiva pretende evitar que estos países utilicen los datos de los ciudadanos estadounidenses en campañas de ciberespionaje e influencia.
La normativa final establece los umbrales para las transacciones de datos que presentan un nivel de riesgo inaceptable, junto con las diferentes clases de transacciones que están prohibidas, restringidas o exentas. Las empresas que violen esta orden enfrentarán sanciones civiles y penales. Los tipos de datos prohibidos incluyen identificadores personales, datos de geolocalización precisos, identificadores biométricos, datos genómicos humanos, datos de salud personal y datos financieros personales.
El Departamento de Justicia también aclaró que la normativa no se aplica a la investigación médica, de salud o científica, ni al desarrollo y comercialización de nuevos medicamentos. Además, no prohíbe de manera general que las personas estadounidenses participen en transacciones comerciales, incluyendo el intercambio de datos financieros y otros como parte de la venta de bienes y servicios comerciales con los países de preocupación. Esta medida no busca un desacoplamiento amplio de las relaciones económicas, científicas y comerciales que Estados Unidos mantiene con otros países.