Un innovador enfoque en la terapia génica contra el cáncer ha sido desarrollado para ser activado de manera remota en una parte específica del cuerpo. Investigadores han creado una versión del sistema CRISPR que responde a ultrasonidos, demostrando su eficacia para eliminar el cáncer en ratones.

CRISPR es una herramienta potente de edición genética que utiliza una enzima llamada Cas9 para realizar modificaciones precisas en genes específicos. Sin embargo, uno de los desafíos es que no siempre permanece en la zona deseada del cuerpo y puede seguir editando genes más allá del tiempo necesario, lo que podría desencadenar una respuesta inmunitaria no deseada.

Científicos de la Universidad del Sur de California (USC) han mostrado una nueva forma de controlar cuándo y dónde actúa CRISPR. En pruebas con ratones, utilizaron esta técnica para eliminar células cancerígenas. En la práctica, CRISPR podría ser incorporado en vehículos de entrega virales e introducido por vía intravenosa en un paciente. Posteriormente, pulsos de ultrasonido focalizados se dirigen a la parte deseada del cuerpo, activando la herramienta de edición genética solo en esa área. La clave está en que las células están diseñadas para producir la enzima Cas9 en respuesta al calor, el cual es inducido por el ultrasonido.

El sistema permite activar y desactivar el proceso a voluntad, según explicó Peter Yingxiao Wang, coautor principal del estudio. Una vez activado, la molécula CRISPR comienza a trabajar en la zona deseada y, tras un tiempo, se desactiva por sí sola, permitiendo un control preciso sobre el proceso.

Para combatir el cáncer, el equipo dirigió CRISPR a los telómeros, secuencias de ADN repetitivas al final de los cromosomas. Esto no solo provoca la muerte de las células cancerígenas, sino que también desencadena una respuesta inmunitaria que convoca a otras células para ayudar a eliminar los tumores. Además, se utilizó células CAR T especializadas, células inmunitarias modificadas para atacar un objetivo específico, en este caso, una proteína llamada CD19, altamente expresada en ciertos tipos de cáncer. CRISPR fue empleado para aumentar la producción de CD19, mejorando así la eficacia del tratamiento.

La combinación de estas terapias fue probada en ratones con tumores subcutáneos, logrando que el 100% de los ratones tratados con la terapia combinada CRISPR/CAR T sobrevivieran y eliminaran completamente sus cánceres. En comparación, los ratones que solo recibieron la terapia con células CAR T mostraron una tasa de supervivencia del 40%. Aunque los resultados son prometedores, aún es temprano para asegurar que los mismos beneficios se trasladarán a los humanos. El equipo sugiere que futuros trabajos deberían centrarse en mejorar la técnica y potencialmente extenderla más allá de la terapia con células CAR T.

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