En la actualidad, encontrar empleo se ha vuelto más complicado, lo que ha llevado a muchos candidatos a recurrir a herramientas de inteligencia artificial (IA) para mejorar sus solicitudes. Sin embargo, esta estrategia podría estar teniendo un efecto contraproducente, ya que los reclutadores, abrumados por la gran cantidad de candidaturas, se enfrentan a una avalancha de contenidos generados por IA que suelen ser de baja calidad.

De acuerdo con encuestas y fuentes citadas por el Financial Times, aproximadamente la mitad de los solicitantes de empleo están utilizando herramientas de escritura con IA, como ChatGPT, para crear o mejorar sus documentos. Esta tendencia está sobrecargando a los responsables de contratación, quienes ya estaban lidiando con un exceso de candidatos en varios sectores.

Un hombre joven, vestido con una camisa roja, trabaja concentrado frente a múltiples monitores en una oficina moderna. Los monitores muestran código de programación, y en el fondo se pueden ver paneles de vidrio de colores que dividen el espacio de trabajo. El ambiente es tecnológico y profesional.

Khyati Sundaram, CEO de la plataforma de reclutamiento Applied, señaló que están viendo un aumento en la cantidad de solicitudes, pero con una disminución en la calidad. Explicó que ahora es más difícil filtrar las aplicaciones cuando los candidatos simplemente copian y pegan contenido generado por ChatGPT.

Este aumento en los currículums y cartas de presentación generados por IA se suma a tendencias que ya habían incrementado considerablemente el volumen de solicitudes, como el auge de las bolsas de trabajo en línea y un mercado laboral cada vez más competitivo. Los reclutadores, que ya se encontraban saturados antes de la irrupción de la IA, ahora enfrentan un panorama aún más complicado.

Hoy en día, los reclutadores se encuentran con aplicaciones genéricas y llenas de palabras clave, escritas en un estilo que, aunque correcto, resulta algo «extraño». Estas solicitudes «insípidas» con una «gramática americana» suelen ser identificadas como posibles trabajos de IA, según Andy Heyes de la agencia de reclutamiento tecnológico Harvey Nash.

Muchas grandes empresas tienen políticas estrictas contra el uso de IA en las aplicaciones laborales y están intentando frenar esta práctica. Las cuatro grandes firmas de contabilidad —Deloitte, EY, PwC y KPMG— han advertido a los recién graduados sobre los riesgos de usar IA para sus aplicaciones.

Sin embargo, combatir esta tendencia es complicado. Un estudio de Neurosight reveló que el 57% de los estudiantes que buscan empleo han recurrido a ChatGPT. Aquellos que pagan por la versión premium, que produce textos más refinados y con apariencia más humana, tienen una ventaja sobre los usuarios de la versión gratuita. Estos últimos tienen menos probabilidades de pasar pruebas psicométricas.

Jamie Betts, fundador de Neurosight, también comentó que quienes pagan por ChatGPT suelen ser, en su mayoría, hombres de entornos socioeconómicos más altos, sin discapacidades y en su mayoría blancos. En resumen, los estudiantes con más recursos están obteniendo lo que esencialmente es un «atajo pagado» para superar desafíos en la contratación, como pruebas escritas cronometradas y problemas de lógica.

Ante esta situación, muchos reclutadores están apostando por una solución a prueba de IA: la entrevista personal. No importa lo convincente que sea una carta de presentación generada por ChatGPT, la verdadera naturaleza humana del candidato se revelará al momento de la entrevista.

Irónicamente, al mismo tiempo, muchos candidatos prefieren evitar empleadores que utilizan IA para sus procesos de contratación. Un estudio realizado el año pasado encontró que el 66% de los estadounidenses se negaría a postularse en lugares que usan herramientas de reclutamiento basadas en IA.

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