Instagram sigue permitiendo que padres vendan contenido de sus hijos, incluyendo fotos y videos en bikini, a pesar de haber afirmado hace tres meses que había detenido esta práctica. Meta, propietaria de la plataforma, había declarado en mayo que ya no permitía suscripciones a cuentas de menores de 18 años.

Sin embargo, una investigación de ABC Four Corners descubrió casi 50 cuentas que permiten a los suscriptores pagar por contenido exclusivo de niños o adolescentes, incluyendo varios australianos. Algunas imágenes muestran a niñas en bikinis, leotardos y ropa reveladora. Los suscriptores también pueden acceder a videos en vivo y dar dinero adicional mediante «regalos» y «insignias» virtuales.

La imagen muestra la silueta pixelada de una persona en posición de baile o una postura enérgica, con un brazo levantado y una pierna doblada. El fondo tiene un degradado de colores cálidos, que van del rosa al naranja, y tiene formas cuadradas dispersas, también en diferentes tonos de rosa y naranja. Debido al pixelado, no se pueden distinguir detalles específicos de la persona, pero su postura sugiere que está en movimiento o celebrando algo.

Aunque muchas cuentas promocionan talentos de gimnasia y danza sin intención sugestiva, otras parecen promover sexualmente a las niñas. Por ejemplo, una cuenta de una modelo de 13 años pide a los suscriptores que califiquen sus atuendos ajustados y bikinis.

Meta afirma que la nueva política está en vigor desde abril y que están tomando medidas contra las cuentas administradas por adultos que se centran en niños. Sin embargo, expertos en seguridad infantil en línea señalan que Meta ha perdido el control de las cuentas infantiles y que probablemente existan cientos o miles más.

El artículo describe varios casos preocupantes, como una cuenta americana donde los suscriptores pagan más de $20 al mes por fotos y videos de una niña de 14 años, administrada por su madre. En otra cuenta, una madre cobra más de $10 mensuales por contenido exclusivo de su hija preadolescente, incluyendo pruebas de ropa y maquillaje.

Expertos advierten que este tipo de contenido puede atraer a depredadores y permitir relaciones parasociales profundas o incluso acosadoras con los niños. Además, las imágenes podrían ser utilizadas para crear contenido aún más perjudicial del que los niños nunca podrán escapar.

Organizaciones de protección infantil critican a Instagram por no haber detenido las suscripciones a cuentas con contenido de menores, argumentando que la plataforma prioriza las ganancias sobre la seguridad de los niños. Instagram requiere que estas cuentas sean «administradas por padres», especialmente para menores de 13 años.

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