En la batalla contra el cáncer, un enfoque innovador ha surgido para proteger las células sanas y atacar las cancerosas. Tradicionalmente, los tratamientos intentaban identificar y destruir exclusivamente las células malignas, pero muchas veces esto causaba daños colaterales a las células sanas, dada la dificultad de distinguirlas con precisión. Ahora, un nuevo método da un giro a esta estrategia: «conoce a ti mismo para conocer al enemigo».
Investigadores han desarrollado técnicas avanzadas para marcar y proteger células sanas en lugar de intentar identificar exclusivamente las cancerosas. Aprovechando marcadores moleculares comunes a muchos tipos de células, pueden proteger las sanas y dejar vulnerables solo a las malignas.
Este enfoque se está probando primero en cánceres de sangre. Los científicos recolectan células madre sanas de la sangre y realizan pequeños cambios genéticos en un marcador molecular común, haciéndolas invisibles a los tratamientos. Estas células modificadas se trasplantan al paciente y, posteriormente, se administran los tratamientos que ahora solo atacan a las células cancerosas sin dañar a las sanas.
Hasta ahora, los resultados se han obtenido en estudios con ratones y en cultivos celulares. Investigadores, como Lukas Jeker de la Universidad de Basilea, han mostrado que los tratamientos pueden eliminar efectivamente las células cancerosas mientras protegen las sanas. Por ejemplo, han utilizado un conjugado anticuerpo-fármaco (ADC) dirigido al marcador CD45, común en casi todas las células sanguíneas. Los estudios preclínicos han demostrado que este tratamiento puede erradicar tumores en ratones tras una sola dosis.
Una parte crucial de esta estrategia es la edición genética de base, una técnica que permite cambiar una única base en el ADN sin cortar la doble hélice, lo que reduce la toxicidad. Esta precisión es vital para modificar los marcadores moleculares y proteger las células sanas.
Aunque los resultados preclínicos son alentadores, los investigadores enfrentan desafíos para llevar esta tecnología a ensayos clínicos. Explicar y probar la seguridad y eficacia de estas terapias combinadas a las agencias reguladoras será complejo. Sin embargo, la posibilidad de desarrollar tratamientos universales para distintos tipos de cáncer de sangre es un avance significativo.